Casi sin darnos cuenta nos vamos encerrando en nuestros pequeños círculos familiares y sociales, que es lo que pretende este sistema de manipulación que nos está manejando, cada día más. Las personas que ya no salen a la calle en "horas peligrosas", que no andan por "barrios raros", que no se paran ante el requerimiento de un "extraño" vestido pobremente, o uno que no sabe hablar nuestro idioma y no viste "correctamente". El sistema necesita esto, que cada día más nos vayamos moviendo por los caminos correctos, se nos permite ir a trabajar y movernos en espacios reducidos, podemos ir al centro comercial o la zona segura de los restaurantes y poco más. No es que lo prohíban, pero si lo van aconsejando y poco a poco logran que nosotros seamos temerosos y obedientes, que nos vayamos encerrando en nuestros círculos, que consumamos en los lugares seguros y al final terminamos convirtiéndonos en seres débiles y asustados, que no valoren la aventura de conocer otros lugares de la misma ciudad, que no conozcan nuevas personas, que sigamos dividiendo nuestra sociedad en barrios buenos con buena gente y barrios pobres con mala gente. Pero no siempre son las cosas como parecen. personalmente me tocó vivir en tres peligrosas capitales de Sudamérica, anduve libremente de aquí para allá, durante años y no me pasó nada grave, es verdad que una vez me birlaron la cartera en un transporte público, pero eso es cotidiano y mundial.Hace doce años me sorprendieron por la espalda me abrazaron y me pusieron una navaja en el cuello, a las diez de la noche, a cien metros de la peatonal, y en una de las ciudades más seguras de España, Las Palmas de Gran Canaria, una isla que por sus dimensiones pequeñas y la millonada de turistas que la visita está muy bien controlada.
Una vez en un almuerzo estaba un policía que disfrutaba como todos los demás de una reunión de amigos e hizo este comentario "son campañas preparadas, cuando hay que ahorrar en seguridad se intensifica el pánico en los medios de comunicaciones y la gente se queda en casa", cuando cambia el gobierno, o hay que justificar la compra de elementos nos mandan a la calle a detener a todo el que se mueve".
Y me quedé pensando...nos engañan como a chinos, los chinos de antes, porque los de ahora...nos engañan a nosotros.
sábado, 16 de junio de 2012
martes, 5 de junio de 2012
Dejar de luchar es envejecer.
A menudo las personas mayores damos por sentados que tenemos verdades claras y rotundas y de alguna manera nos dejamos llevar por eso.No hay que poseer mucha cultura ni procurar hacer grandes análisis para llegar a posiciones extremadamente realistas y conformistas, para justificar la falta de lucha, con solo leer o escuchar la letra del tango Cambalache, ya tenemos un panorama claro de una cruda realidad.Esto nos justifica a veces, para abandonarnos y envejecer aunque solo tengamos unos pocos años. Es si quiere una manera cómoda de pasar la vida, un justificativo para no hacer nada.
Pero los que hemos vivido algo y hemos leído algo de la historia humana, sabemos que hemos progresado, no todo lo deseado, es verdad, pero algo se avanzado y esto nos debe dar fuerzas para seguir, a menos que seamos tan egoístas que no pensemos en los que vienen detrás, pero todos tenemos alguien detrás, quien no tiene nietos, tiene sobrinos y si faltan estos podemos adoptar millones y millones de niños que esperan tener un mundo mejor. Todos y cada uno, desde el lugar que ocupamos, podemos colaborar. No hay ningún ser humano que no pueda aportar algo positivo, si se lo propone. Si esta vencido que ya considere que no vale la pena luchar, pida ayuda, a alguien le interesará darle una mano y demostrarle que usted vale la pena, aunque usted mismo no lo crea.¡que tenga un buen día!
Pero los que hemos vivido algo y hemos leído algo de la historia humana, sabemos que hemos progresado, no todo lo deseado, es verdad, pero algo se avanzado y esto nos debe dar fuerzas para seguir, a menos que seamos tan egoístas que no pensemos en los que vienen detrás, pero todos tenemos alguien detrás, quien no tiene nietos, tiene sobrinos y si faltan estos podemos adoptar millones y millones de niños que esperan tener un mundo mejor. Todos y cada uno, desde el lugar que ocupamos, podemos colaborar. No hay ningún ser humano que no pueda aportar algo positivo, si se lo propone. Si esta vencido que ya considere que no vale la pena luchar, pida ayuda, a alguien le interesará darle una mano y demostrarle que usted vale la pena, aunque usted mismo no lo crea.¡que tenga un buen día!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)