Ahora que ya quedó atrás el espíritu navideño y podemos dejar de lado nuestro ropaje hipócrita de buena gente y volver a la realidad para que no nos coman los lobos que nos dominan, o al menos, y con suerte, solo nos muerden los garrones pero no pueden evitar nuestro avance aunque sea rengueante, pues por mucho que se empeñen el mundo avanza, a pasos miliméticos, es verdad, pero avanza, por mucho que le duela a los retrógados que tienen el poder desde hace siglos.
Por mi crianza en América Latina no puedo despegarme de aquellas tierras y su gente y estoy pendiente desde una visión lejana de sus avatares cotidianos, con mis amarguras a veces antes sus sombras eternas y con la esperanza revitalizante de algunos logros. América Latina se debate entre la lucha por los derechos humanos y la arraigada educación religiosa que tanto daño le causa desde el momento mismo del descubrimiento de América, un daño aumentado con el crecimiento de otras alternativas religiosas en aumento considerable como la iglesia evangelista y que no dejan de ser, más de lo mismo. Las religiones desde siempre evitan las búsquedas y ponen trabas a los cambios y a la ciencia, porque la ciencia y el pensamiento libre puede despertar a las mentes adormecidas y eso es mal negocio para el dominio de las religiones. América Latina podrá alcanzar pequeños logros en economía, pero que no serán fundamentales, pues la misma sociedad se encargará de evitarlos, porque la economía para ser cierta necesita que sus frutos lleguen a todas las clases sociales y eso, ni está en la mentalidad clasista de esos pueblos, ni en la paciencia de la espera de los años que requiere. La gente espera que una sociedad mejore con uno o dos gobiernos y son muy pocos los que saben que se necesitan muchos años más, y de saberlo no están dispuestos a condecer ese tiempo. América Latina siempre fue el paraíso de la clases sociales dominantes, (oligarquías y catolicismo), que no tuvieron ningún reparo en apartar, o matar, por miles, a todo aquel que no perteneciera al entorno dominante ya sea por pertenecer a él, o simplemente por simpatías. Ahora que ya podemos sacarnos la careta porque la navidad quedó atrás y volvemos a la realidad cotidiana, puedo decir que en el 2014 no cambiará nada, que, por ejemplo, el tan renombrado progreso de Brasil es una realidad para unos pocos y así como crece su economía tambien sigue creciendo el poder de los evangelistas, y que ya son cerca de 45.000.000 de personas que profesan esa religión y así como digo Brasil podría decir Colombia, Venezuela, y no debo olvidarme de Argentina que ahora con un connacional de Papa están crecidos y al catolicismo le unieron el orgullo nacional ¡¡fiesta completa! y que decir de Centro-américa, por lo tanto el panorama es sombrio pues muchos salen del catolicismo y se pasan a las filas de otras formas religiosas, lo que es ir de Guatemala para entrar en Guatepeor, o viceversa, por eso puedo augurar que no habrá cambios positivos, solo económicos.
Pero cada uno cree en lo que quiere creer y decirle a un creyente que los países más avanzados de la tierra son los menos religiosos, solo es un motivo más para no prestrale atención a ese dato y culpar al diablo que está en la mente de quien lo dice.
Aunque pueda parecer que me contradigo, en el fondo de mi ser, tengo la esperanza de que a pesar de todas las trabas, la humanidad, en el 2014 avanzará un milimetro más, ¿qué es poco? bueno...¡es lo que hay!
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