Cuando veas que se gobierna para las grandes empresas y se olvidan de la gente común, ¡preocupate!.
No se puede complacer a Dios y al diablo.
Cuando leas ¡crece la pobreza! preocupate porque la pobreza no siempre es resignación, que espera una limosna ni un plato de comida barata en un comedor social, la pobreza también se transforma en odio y violencia, una violencia que tú también sufrirás porque convives a diario con personas y no con grandes empresas.
Pero nadie nace odiando...
La pobreza es el primer paso a la pérdida de los valores que nos permiten convivir con cierta tranquilidad... o asustados "como lombriz en gallinero".
Ten cuidado, mucho cuidado, con los mensajes que leas, o las enseñanzas que recibas.
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