sábado, 29 de abril de 2017

EL ENGAÑO SOBRE EL TERMINO..."SOBERANÍA"

El término soberanía nacional, está devaluado, mal usado y hasta denigrado de un modo tal que hasta parece un insulto, una antigüedad de nostálgicos patriotas retrógrados.
Cuando dije y digo que España no es un país soberano...¡me cae la furia de Dios! sobre mi pobre razonamiento. Pero cuando pongo un ejemplo, sencillo y hasta vulgar sobre la misma situación pero a nivel familiar, ya pocos se atreven a negar mi pensamiento... y aquí va el ejemplo:
Imagínese que usted tiene una casa y una familia, pero por alguna causa debe recurrir a un prestamista de esos "tipo mafia". Imaginese que ese mafioso no lo matará porque quiere cobrar sus deudas y sabe que si lo mata, no cobrará en tiempo y forma. Por lo tanto el mafioso entra en su casa y le dice como debe vivir, donde debe recortar gastos, que darle o negarle a sus hijos, a que hora debe apagar la luz y cuando bañarse para ahorrar en las cuentas, imaginese que a ese prestamista mafioso le importa muy poco su familia, y lo que quiere,  es solo que a usted le quede dinero para pagarle a él. Los prestamistas no se caracterizan por tener un gran corazón, por lo tanto le importa muy poco que sus hijos coman o no. ¿Qué haría usted en este hipotético caso?.
Haga lo que haga ya lo hará entre dos condiciones, o se libera como pueda y sin ataduras morales, o sigue miserablemente arrastrado y hambriento, a los pies del prestamista.
Ahora cambiemos lo personal a lo nacional, imagine que el prestamista se llama TROIKA, FMI, BANCO CENTRAL, o el nombre que más le guste, y que la deuda no la contrajo un pueblo sino un gobierno que justamente trabaja para los usureros y no para los millones de hijos que componen la ciudadanía de un país. Este ejemplo solo es válido si sabemos cual es la diferencia entre el poder de decisión de un cabeza de familia y un gobierno de un país, pero en ambos casos, el jefe de gobierno o el cabeza de familia perdieron SOBERANÍA, pues dependen del, o los, prestamistas. España ya no tiene SOBERANÍA, hace años que está de rodillas ante los prestamistas que le ordenan "desde Europa" como debe vivir, cuanto debe recortar, cuanto deben comer los ciudadanos y cuanto deben hacer o no hacer. A veces se confunde el ser UN PAÍS SOBERANO, conque los prestamistas nos dejen algunos detalles como, el mismo territorio, la misma bandera, la selección de fútbol y todas las tradiciones, que nos hagan creer que somos un país LIBRE Y SOBERANO, es muy inteligente de su parte, porque a ellos les da igual eso de ser España o Argentina, o Colombia o Portugal, ellos quieren ¡money! ¡dinero!¡percal! ¡pasta!¡perras! o todo lo que se pueda cambiar en el mercado de la avaricia, petróleo, litio, diamantes, oro, cualquiera de los recursos naturales son válidos, e incluso, mucho mas que cobrar las deudas en dinero contante y sonante. En este blog acabo de publicar un ejemplo muy claro de lo que intento explicar, el gobierno de Argentina acaba de dejar sin cobertura legal, lo que se denomina "INMUNIDAD SOBERANA" varias riquezas naturales de tal valor que es imposible de cotizar, este gobierno tuvo el atrevimiento de dejar esas riquezas como "valores embargables", en caso de no poder pagar las deudas contraídas con los usureros internacionales. Como es lógico de esperar el gobierno de Macri seguirá recibiendo muchos dólares de préstamo, (que a tenor de la deuda de EEUU, ya son papelitos verdes sin valor, aunque aún ese asunto, no estalle)
...¡faltaría más!...¿cuanto necesita don Mauricio?, le dirán, mientras piensan ,"si no lo paga papá Macri lo pagarán sus hijos..je..je..".
Volviendo al tema de la SOBERANÍA, ¿podríamos llamar a la Argentina un país soberano?.
Ni España es un país soberano, ni Argentina tampoco, pero no lo tomen a mal los ciudadanos de mis dos amores principales, tomenlo, si quieren, como la opinión de un raro espécimen hispano-argentino, que sufre por ver, como nos engañan con eso de la SOBERANÍA, EL PATRIOTISMO, LAS CAMISETAS DE LA SELECCIÓN Y LAS BANDERAS DE LA PATRIA FLAMEANDO AL VIENTO, POR LA LIBERTAD Y INDEPENDENCIA.
José Trillo Arán.

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