Doce millones de esperanzas que se van al rincón del olvido dejando un sinsabor en la boca de los que preferimos un gobierno progresista. Para muchos de esos votantes es más que eso, es una burla, un cachetazo de realidad que no querían ver, porque muchos ciudadanos creían de buena fe que el PSOE era un partido socialista obrero y español, yo en cambio, no me desilusiono porque hace mucho que vengo sosteniendo que este partido ocupaba un espacio de izquierdas con el permiso de los verdaderos patrones de España, los capos que cortan el bacalao y dicen quien gobierna y como deben hacerlo, hasta donde deben llegar y marcando la cancha con lineas rojas, bajo la mirada atenta del arbitro real. El PSOE era de izquierdas con el permiso de la derecha y lo peor que le pasó fue la aparición de Unidos Podemos, que aunque no haya hecho demasiado ya hizo bastante poniendo en evidencia a la falsa izquierda, obligó al PSOE a sacarse la careta roja que le permitía ocupar un espacio ideológico.
Y es lógico que Pedro Sanchez haga lo posible y lo imposible para no llegar a ningún acuerdo con UP, sabe que este partido nuevo, no tiene permiso para gobernar ni siquiera en coalición. A Unidas Podemos no lo quiere la UE, porque cuando un país está rescatado y es obediente, ¿para que arriesgar con unos anti-sistema?. A Unidas Podemos no lo quiere la Iglesia, ni la monarquía, ni la banca, ni las grandes empresas, ni el PP, ni Cs, ni Vox, ni el Psoe. A Unidos Podemos solo los quieren (por ahora) ¡tres millones ochocientos mil votantes!.... ¿Donde irán esos votos? ¿irán al mismo lugar que los de los votantes del PSOE que pedían un acuerdo con UP?
En España vamos sobrados de democracia ¡como pá exportar! (en tono de burla, claro) y no creo que nos dañe desperdiciar doce millones de votos. Y si no les gusta, haber votado bien...¡coño!
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