En mi visión y la de otros millones de creyentes en las políticas sociales de la izquierda, quedó el dolor y el amargor de ver como la izquierda suave, se convertía en un obediente instrumento, tímido y complaciente, de una derecha fuerte, comandada por los grandes, banqueros, el FMI, la Troika, etc. etc..
A la gente de izquierda le golpeó en la cara la realidad de que el PSOE, ya no era ni de izquierda, ni obrero, y para confirmar eso, más tarde apareció Felipe Gonzalez mostrando sus virajes traidores, primero intentando derrumbar otro gobierno socialista como el de Venezuela, luego apoyando el golpe de estado partidario en contra de Pedro Sanchez y ultimamente yendo a Brasil a darle un apoyo medíatico al golpista neo-liberal, M. Temer... ¿que clase de socialismo es este?, esa es la pregunta que se hacen millones de españoles. El PSOE se viene destruyendo lentamente desde Zapatero, Rubalcaba y las derrotas de Pedro Sanchez, pero principalmente por la pérdida de valores "obreros", cosa fácil de comprobar al ver que su líder histórico Felipe Gonzalez trabaja para una multinacional y ya de izquierda le queda la mano y el pie, ambos miembros, que solo le sirven para poder equilibrar su cuerpo físico, pero no el político.
El PSOE se muere por falta de identidad, ideas y valentía.
En esta etapa de radicalización que sufre el mundo, es más actual que nunca aquello de W. Shakespeare..."ser o no ser".
El domingo se juegan la vida los partidarios del PSOE, si votan a Susana Díaz, habrán dado el visto bueno a esta continuidad que los va matando. Si gana Pedro Sanchez puede que todavía tengan posibilidades de salvar al enfermo terminal, pero de gobernar en un futuro cercano tienen muy pocas posibilidades y estas dependan de Unidos-Podemos.
De todas maneras el bipartidismo a muerto, aunque con las alianzas puede seguír gobernando el Partido Popular, ya que sus votantes, aunque los castiguen por la corrupción, cambiarán su voto a Ciudadanos, que es como una empresa subsidiaria de la matriz pepera y cumplen bien la función para la que fueron aupados, por lo tanto la derecha no tiene los problemas de la izquierda.
José Trillo Arán.
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