Hacía tiempo que no veía tan sonriente a Pedro Sánchez como en la cumbre de la OTAN, recibiendo a Joe Biden, el comandante en jefe del ejército más poderoso del mundo. Joe Biden, que cada vez con más frecuencia le da la mano al aire. Salvo cuando está ahí Pedro Sánchez con sonrisa de oreja a oreja, o Felipe VI, el rey de todos los españoles y españolas. Joe Biden, presidente del país con un Tribunal Supremo que se pasa por el arco del triunfo la democracia y ha prohibido el aborto, apoya llevar armas en público, regresa el rezo a las instituciones públicas y frena la lucha contra el calentamiento global. O que obliga a Europa a reconocer a Juan Guaidó, un tipo autoproclamado en una plaza, y cuando le sale del bolsillo vuelve a reconocer a Nicolás Maduro. Por supuesto, sin pedir permiso a España o a Europa. A los que obliga a traicionar al Sahara para entregárselo a Marruecos. El país del rey Mohamed también VI. Los Estados Unidos como referente. Un país lleno de cinturones de pobreza en sus principales ciudades, donde la policía asesina cada año a cientos de personas y la mayor tasa de muerte de los jóvenes es que te mate un uniformado o un compañero de colegio. EEUU, que bombardeó Irak, permitió bombardear el Donbás, Yemen o Palestina y sueña con bombardear China. ¿De qué se ríe, primer ministro?
Boris Johnson paseando los pasillos de El Prado como si fuera una colonia de la Commonwealth. Los políticos de la guerra fotografiándose delante del Gernika de Picasso. El malagueño se habrá revuelto en su tumba. Macron hace su teatro en camisa y cualquier persona sensible se pregunta qué hace el senil presidente norteamericano representando cansado un papel que le desborda. ¿Quién está a los mandos en los EEUU? ¿Y en la Unión Europea? Dicen que debemos estar orgullosos porque Madrid ha representado con éxito la capitalidad de la OTAN. Hasta algunas políticas de la supuesta nueva izquierda han dicho que ser la cumbre de los que han decidido matar a inocentes para "salvaguardad nuestro estilo de vida" es un orgullo. ¿Llevarán en su programa una base militar norteamericana en Vallecas? Lo llaman democracia y cada vez lo parece menos. ¿Por eso se ríen, señor presidente?
Lo escribió Mario Benedetti:
Usted conoce mejor que nadie
La ley amarga de estos países.
Ustedes, duros con nuestra gente,
Por qué con otros son tan serviles.
Cómo traicionan el patrimonio
Mientras el gringo nos cobra el triple.
Cómo traicionan, usted y los otros,
Los adulones y los serviles.
Por eso digo, señor ministro,
¿De qué se ríe?
¿De qué se ríe?
Aquí en la calle sus guardias matan
Y los que mueren son gente humilde.
Y los que quedan, llorando rabia,
Allá en la selva sus hombres hacen
Sufrir al hombre y eso no sirve.
Después de todo usted es el palo mayor
De un barco que se va a pique.
Por eso digo, señor ministro,
¿De qué se ríe?
¿De qué se ríe?
Seré curioso, Primer ministro,
¿De qué se ríe?
Para luchar contra la solidaridad entre los de abajo, siempre han sido importantes los capataces en sus distintas formas. Son órganos del patrón inscritos en el cuerpo laboral, igual que los esquiroles, tanto en momentos de huelga como en el día a día en esa condición de soplones, delatores, difamadores. Profesión que tiene su parroquia en España, tanto desde los balcones en la pandemia como desde las redes con chikilicuatres dedicados a poner fotos de gente de izquierda en cualquier lugar y condición como si fueran la Stasi o la Brigada Política franquista. Chivatos que creen que va a sacar alguna recompensa traicionando a su gente y poniéndose del lado de las élites. Producto típico de los colegios de curas que ya de niños seleccionan a las almas pequeñitas para educarles como traidorzuelos que se inician apuntando en la pizarra a los compañeros que hablan cuando se ausenta el profesor. ¿Dónde estará Otero, aquel compañero que se jactaba de no tener compañeros porque su gente eran los carceleros?
Serigne Mbaye llegó a España en una patera. Fue mantero y corrió delante de los policías cargado con la mercancía que era la comida de ese día o el hambre de la semana. Hoy es diputado en la Asamblea de Madrid y los policías tienen que llamarle señoría. Dice que llegó a España porque las multinacionales saquearon su país. Ha viajado a Melilla para decir que los hermanos fallecidos en la valla y sobre el suelo de España y sobre el suelo de Marruecos no son muertos, son asesinatos. Se mira en el espejo y se ve negro y sabe que si fuera blanco como los ucranianos ni él ni los jóvenes negros que huían de una guerra que no buscaron no hubiera sufrido tanto.
Al menos 37 muertos por querer huir de conflictos alimentados por Occidente y del hambre. Algunos rematados en el suelo. Porque Europa ha subcontratado en un país que no respeta los derechos humanos el derecho humano al asilo.
A las migraciones la OTAN las va a pasar a entender con lógica militar. Europa va a ser un castillo sitiado. Los nuevos centristas, que se ven a sí mismos como moderados, creen que las migraciones son invasiones militares y como tales deben ser tratadas. Las nuevas directrices de la OTAN dicen que las migraciones irregulares son tan peligrosas como los misiles. Pobres refugiados.
Y pobres nosotros. Tomad nota: todo lo que hagamos en España a los inmigrantes negros nos lo terminarán haciendo a todos los desobedientes, a los que protestemos por los recortes o por el cierre de la atención primaria, por el regreso de la teocracia y el rezo en las escuelas, a las mujeres que protesten cuando quieran restringir el derecho al aborto, a los trabajadores despedidos o precarizados. Ya se está encargando Vox de penetrar a través de Jusapol a la policía y el PP a la judicatura.
Esas muertes, para Pedro Sánchez, el PSOE, Núñez Feijóo, el PP y Vox han sido un asunto "bien resuelto". ¿Y las del futuro?
No espero nada ni del PP ni de Vox. La derecha española siempre ha pensado, cuando ha estado fuera de La Moncloa, que el gobierno de izquierdas era ilegítimo. Le pasó a Felipe González, a Rodríguez Zapatero y ahora a Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. La solución no pasa por hacerle concesiones. ¿De qué ha servido regalarles RTVE salvo para que dé bochorno conectar con La primera?
La solución pasa por hacer de los derechos humanos, que están escritos en la Constitución, la única frontera infranqueable. Y defenderlos con un cuchillo entre los dientes. Porque vienen a por todo. Incluidos los decadentes EEUU que quieren poner a Europa a pelear con Rusia y China, cuando lo único que conviene a Europa, por continuidad geográfica, es una buena vecindad con Rusia y China. Algo de lo que nos alejamos cada vez que le reímos las gracias a la teocracia norteamericana.
Así que, ¿de qué se ríe primer ministro?
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