Las bromas de los Guiñoles de la televisión francesa, nos tocaron el patrioterismo y si fuera por algunos ya estaríamos cruzando Los Pirineos para atacar a los gabachos, sin embargo, hace tan solo unos años nos reíamos del fanatismo de los mahometanos cuando una revista dibujó a su Dios, en algunos países, los fieles quemaban banderas y pedían a gritos una guerra santa para revindicar las ofensas.Pero, no pensamos lo mismo, yo entre ellos, cuando en el programa de radio nacional, los cómicos de "la mirada cítrica",(excelentes, por cierto) se burlan de todos, chinos, franceses, gitanos, moros, aragoneses y lo que les venga en ganas y nos hacen reír.
El humor esta libre de fanatismos y no entiende de prejuicios, a menos que también nos quieramos restar eso, que es lo poco que nos queda en una sociedad cada vez más tensa y reglamentada, donde perdemos poco a poca nuestra idiosincrasia, donde cada vez somos mas parecidos a los belgas, alemanes o estadounidenses.
Tal vez nuestro enojo masivo se deba a que nos tocaron ídolos deportivos, que es en lo único donde nos destacamos en los últimos años, ya que en los diarios mundiales se trató de "cerdos", a los países (PIGS)con problemas económicos y nadie desenvainó la espada por ello.
Los cambios no suelen observarse por quien los experimenta, pero con solo mirar las caras y los gestos de los españoles, se nota cada vez más un pueblo triste, encasillado en una vieja moral que ajusta sus vidas como una faja que les quita el aire. Sino nos reímos de nosotros y no estamos atentos a las criticas o burlas o bromas de otros, nunca tendremos la oportunidad de una auto crítica seria.
Por otra parte es un poco inocente pensar que un deportista profesional de élite, no se ayuda con "suplementos", por lo tanto, cuando lo pillan con "restos" de alguna sustancia, dejemos abierta la duda, que con el fanatismo no lograremos nada.
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