Se puede ofender de muchas maneras, faltar el respeto incluso sin querer, pero por favor que algún gallego salte y haga lo necesario para parar esto (yo estoy muy ocupado) ¡No se puede permitir señores! no se puede mirar para otro lado, esto es tan grave como si fueran los turistas a Galicia y una a una se llevaran las piedras del faro de Hércules ¿lo permitirían?¿verdad que no?, pues bien, está sucediendo algo más grave aún, un atentado contra "miña terra", debo confesar que me sentí violado en mis raíces y vi mancillado el recuerdo de mi madre y mi memoria infantil, es una historia personal que debo desahogar en esta página para que no se enquiste en mi ser...les cuento, como hoy los negocios están cerrados, ayer a me encargué de ir al supermercado por aquello de que hay que cargar mucho peso y se supone que el abuelo aún puede ser un caballero fuerte que alivia a su mujer de esa tarea, estaba conduciendo el carrito de la compra con la habilidad que se supone en alguien que tiene todos los carnet de conducción y práctica de muchos años...¡cuando la vi ahí! tentadora...atractiva...con una figura excelsamente elaborada y me deje llevar, no atendí las súplicas de mi mujer y dije "me la llevo a casa", a partir de ese momento ya no veía la hora de desnudarla de su atractivo ropaje y hacerla mía. Por favor lo ruego, hagan algo, no permitan que se llame "empanada gallega" a esos dos pedazos de masa con más conservante que Berlusconi y en medio unas pinceladas de algo amorfo con olor a pescado, colorante "químicamente natural" donde se descubre unas cebollas tan pobres que hacen llorar de pura ausencia y que decir de los pimientos...¡pellejos de pimiento coño!.
Galicia debería hacer juicio por abuso y malversación de denominación de origen.
Menos mal que mi mujer se apiadó de mi, y hoy, que es viernes santo y está imbuida de una rara bondad, me va a preparar una empanada de verdad, con la receta que le enseñó mi madre, gallega de pura cepa.
A la "empanada gallega" que compré en el supermercado le encontré un fin útil y debo reconocer que estuve brillante, la corte en pequeños trozos y los tiré al voleo en mi huerto urbano. Fue un acierto ecológico que recomiendo, los caracoles quedaron culo pa rriba, las hormigas están lelas y dan vueltas de trescientos sesenta grados lo que me garantiza que seas morirán de agotamiento físico o mental, los pulgones de la lechuga y los rabanitos están haciendo sombra como los boxeadores que lanzan coñazos al aire, los mirlos que se burlaban descaradamente del espanta pájaros y la otra versión moderna de CD usados colgados al sol y que se comían las semillas de mis semilleros, se creen gaviotas y se fueron al puerto de Las Palmas a joderle la vida a los turistas de los cruceros.
¡Esto no debe soportarse gallegos!...hay que hacer algo...que la fama culinaria es de lo poco bueno que nos queda...
¡manda carallo!
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