lunes, 14 de diciembre de 2015
Macri ya muestra sus garras esmaltadas.
El nuevo presidente de Argentina ya mostró sus ideas antes de llegar al poder, cosa que no es criticable ya que los votantes eran conscientes de ello, pero no debemos olvidarnos que muchas veces la gente normal no sabe interpretar los mensajes enviados en tramposas palabras como llamar "sinceración de precios", un eufemismo que escondía "aumento de precios". Uno de sus primeros errores fue avisar sobre una devaluación del peso, ¿pero fue un error o un aviso a las grandes empresas formadoras de precios?. Supongamos que fue un error. Ese supuesto error ya produjo un gran aumento de precios, que como no podía ser de otro modo, repercutirá en el poder adquisitivo de las personas que cobran un sueldo o una jubilación. Pero volvió a cometer otro supuesto error, días después, anunció que no devaluaría la moneda, y una semana después ya volvió a decir que lo haría "pronto" cuando el país tuviera fondos más amplios de dólares, lo que ya provoca una segunda oleada de aumentos. Otra decisión aplaudida por diarios y medios afines al neo.liberalismo fue la reducción de retenciones al campo, productores de trigo, soja, carne, etc, etc, que son los productos básicos de la exportación de Argentina, a los que no parece haberles ido nada mal, si castigados como estaban por el gobierno anterior, ni se iban del país, ni dejaban de plantar o criar. En el imaginario popular de muchos argentinos de las grandes ciudades, la imagen del campo aún es vinculada con el pequeño productor, con el gaucho a caballo que arrea ganado, con el eterno defensor del argentinismo autóctono. Muchos citadinos todavía no se enteraron que ese gauchaje indómito y leal, fue reemplazado por el gran poder de multinacionales, empresas que cultivan en grandes cantidades sobre extensiones inmensas de suelo, empresas que su primer ingreso no es el producto de cosechas sino de actuaciones financieras. Macri acaba de rebajarle sus aportaciones al país, y muchos aplauden esto pensando que esas empresas al ganar más invertirán más en el país, generando más trabajo y por lo tanto más beneficios. Sin embargo yo creo que ellos esperan otra medida prometida, la apertura del cepo cambiario que les despejará de los trabajosos y molestos impedimentos para sacar dólares del país. Los argentinos no quieren ver, todavía, que este presidente no gobernará para las clases trabajadores, les costará aceptarlo por varias razones, una de ellas, por no acabar con el sueño de un país más justo en tán poco tiempo, otra de que el slogan de "Cambiemos", no era dedicado a ellos, otra, porque están bombardeados por los medios afines que antes eran acérrimos enemigos del gobierno anterior, que los entretienen señalando parabienes a futuro y culpando a la "herencia recibida". El caso que Argentina dejará de recibir muchos miles de millones de dólares por parte de "los gauchos", pero, ¡no hay problema! ya tienen una nueva linea de crédito por parte del FMI (que lo estaba esperando como agua de Mayo) y los pobres ya ven como este mes y sus aguinaldos se vieron reducidos de manera alarmante....pero, por ahora tienen fe...y la fe mueve montañas, o eso dicen, aunque lo importante no parecen ser las evidencias. Pues que les dure la felicidad...¿no le parece?
José Trillo Aran
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