La guerra fría que comenzó después de la segunda guerra mundial, no era solo un juego por la hegemonía sobre el resto de paises y no solo se aprovechó para la gran expansión exterior de USA, sino también para acabar con los sindicatos dentro de EEUU, en poder de gremialistas comunistas, que eran una gran molestia para los empresarios ya que exigían demasiadas reivindicaciones para los trabajadores. Por lo tanto el gobierno comenzó una verdadera caza de brujas, por las buenas o por los malas, con engaños de una bajeza digna de mentes retorcidas, incentivaron el miedo al diablo rojo y sindical.
Hoy setenta años después, los trabajadores estadounidenses afiliados a sindicatos no superan el 10 %. Están en manos de "los justos y solidarios" empresarios y estos deciden con sus reglas de "libre comercio". Pero, aun hoy, el miedo a esos raros rojos sanguinarios sigue calando en los ciudadanos, el candidato Berny Sanders, fue borrado de la lucha por la presidencia, cuando declaró ser socialista. Los estadounidenses, tal vez, perdieron al mejor candidato presidencial.
El miedo a la izquierda sigue vigente y dando réditos, un miedo que no generan locos como Trump, o Marine Le Pen, en Francia, por poner solo dos ejemplos. Pero el miedo rinde tanto rédito que millones de personas en el mundo hablan mal de Maduro, sin bases ciertas, sin conocer ni lo más elemental de la historia social anterior de la ciudadanía venezolana. Lo mismo sucede en España, la mayoría de las personas están hartas de los gobiernos del bipartidismo del PP y el PSOE, pero les contaron que los jóvenes políticos de Podemos "son rojos", "son bolivarianos", ¡son comunistas! y otra vez el miedo hará que los españoles sigan votando a los mismos. Aquello de "lo malo conocido por lo bueno a conocer" (o quizás no sean buenos) les impide probar con otras opciones. En USA, por lo poco que hizo Trump hasta ahora, además de hablar estupideces y lanzar frases rimbombantes dignas de matón esquinero, se puede ir perfilando que no cambiará nada, más armamentos, más guerras contra algún país que será "el nuevo peligro para la paz mundial" y cuando termine su mandato, los mismos que lo votaron estarán igual de jodidos, o peor.
El miedo, y otros componentes, como la credulidad o la ignorancia, facilitan mucho el trabajo, para que todo siga igual.
José Trillo Arán
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