viernes, 15 de diciembre de 2017
Macri ama a los jubilados, pero ellos no lo entienden.
Quiere que coman menos asados porque la carne impulsa el desarrollo del temible ácido úrico.
Los ayuda para que no tengan tanto dinero, porque el dinero corrompe el alma y la espiritualidad.
Él sabe que los jubilados con la barriga llena acumulan grasa y después no pueden bailar bien.
No quiere que a los abuelos los quieran por su dinero... ya sabemos como son de interesados los hijos y nietos.
Aunque no se den cuenta, él cuida la seguridad de los viejos, que corren peligro de asalto si tienen dinero.
Los jubilados deberían agradecerle la rebaja de sus ingresos, pero su ignorancia no les permite entender que comer en demasía genera, colesterol, hiper-función del corazón, obstrucción intestinal, esfuerzo de los esfínteres,(predominanemente el anal) celíaquia, esteatosis, que sin control puede terminar en una cirrosis del primer mundo y mejor ni hablar de los triglirecidos que se ponen como locos. El exceso de comida revoluciona, con o sin, alegría todo el cosmos orgánico y incluso el organillo micro-orgánico. Los componentes microbianos del micro-organismo dejan de ser microbios y se convierten microscopios.
Otro factor incomprendido es el estético, no es lo mismo un viejo elegante, que uno forrado y rebosado en grasas saturadas. ¡No hay ropa que luzca bien!.
Con todo el respeto que me merecen los jubilados argentinos, no tienen la capacidad necesaria para entender la labor protectora de la ley de reducción de jubilación que intenta imponer don Mauricio. Una vez más se confirma que los grandes hombres no son comprendidos por sus congéneres contemporáneos y necesitan de varias generaciones más, para ser valorizados.
Mauricio Macri está intentando proteger a los jubilados de todo tipo de excesos.
Es un héroe nacional, pero incomprendido.
Humildemente, opino que los jubilados, pensando así, no tienen futuro...
y además no saben visualizar lo bien que les irá en tan solo un par de decenios más, cuando la Argentina del futuro se haga realidad.
Son jubilados sin visión a largo plazo...y con gente así, no se puede construír un país.
José Trillo Arán.
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