Aunque estamos lejos nos sentimos más cerca, la falta de contacto físico nos hace pensar más en el ser querido.
Analizamos más, añoramos más y en cierta forma nos une más.
La distancia física, si no hay amor o una amistad profunda, aparta a las personas, de lo contrario las une.
¿Por qué nos sentimos cómodos cuando hablamos con un ser querido, así, como si hubiésemos hablado ayer, después de tanto tiempo transcurrido?
Simplemente porque el amor y la amistad, no conoce de tiempos ni distancias, y en nuestra mente y nuestro corazón lo revivimos como si el ayer fuera un presente.
Irene Gombert
No hay comentarios:
Publicar un comentario