-Y os puedo demostrar mi señora que puedo parar un huevo- dijo Colón.
-Intentadlo navegante y tendréeis el navío que necesitáis para vuestra aventura en esos lejanos mares- Le respondió la reina Isabel de Castilla.
Colón se bajó los calzones, puso los huevos sobre la mesa e intentó que un huevo se parara, no se le paró ninguno, pero si tuvo una erección mundial, ¡iberoamericana!, dijeron algunos aunque no sabían que querían decir con eso, ¡multicultural!, otros y no tenían ni puta idea de ese concepto.
Isabel quedó impresionada ante el rígido sueño del genovés y dijo...¡ no os daré una nave...¡os daré tres!.
Y así comenzó la aventura que terminó con el descubrimiento de América.
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En los relatos de las Indias se eliminaron algunos párrafos que no entendieron los eruditos de la época, era algo lógico, pues eran conservadores y además sabían que Cristóbal Colon tenía algunos delirios futuristas y sentía atracción por extrañas plantas alucinógenas que ya los avanzados pecadores de la época consumían, y claro, no entendieron eso de:
..."y son fermosas las mujeres de la Indias Occidentales, carecen de extraños olores a desodorantes, cremas faciales, ungüentos rejuvenecedores, perfumes exóticos y geles vaginales de calor para ellas, son extrañamente hembras que huelen a hembra cuando salen del río, antes huelen como el mercado de Sevilla en verano"
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Otro relato de la época que fue quemado en las estufas que calefaccionaban las frías estancias del castillo de la pura Isabel, fue un informe del escribiente de la corte, el bien hallado duque de la moneda y maestro mayor de la cofradía de la virgen de los pantuflos Eduardo Inda que escribió:
"Son maravillosos estos indígenas, por unas cuentas de colores nos dan sus tierras, sus frutos, sus mujeres más bellas, su oro, sus piedras preciosas, sus minas de plata, su petróleo (no se que es, pero dicen que tienen por montones) y todo lo entregan de buen grado. Informo a vuestras majestades que nos han recibido como si fuésemos dioses, no han presentado batalla ni se opusieron a nuestras expropiaciones en el nombre del reino de Castilla y de la Santa Iglesia Católica a las que todos aceptan de buen grado. Solo hemos encontrado un maldito indio renegado, ladino, pendenciero, bruto, feo como el solo, inculto, podemita y bolivariano conocido por el nombre de Evo Morales.
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