Buenos Aires, 2 jun (PL) El
presidente argentino, Mauricio Macri, eliminó un decreto que garantizaba
desde 1984, con el retorno de la democracia, la conducción civil de las
Fuerzas Armadas lo cual suena hoy la alarma en organizaciones
ciudadanas y de derechos humanos.
El Decreto 721 de Macri anunciado
en el Boletín Especial restituye a los militares un poder de autonomía
que fue limitado por el entonces presidente Raúl Alfonsín con la
disposición 436/1984, el cual determinaba un control civil sobre los
cuerpos castrenses.
El diputado al Parlasur y
exministro de Defensa, Agustín Rossi, expresó que es el retroceso más
importante en la conducción civil de las Fuerzas Armadas al modificarse
un precepto fundacional de la democracia.
La ordenanza de Macri les devuelve a los
mandos la autonomía en la organización y dirección de cada fuerza y
otorga a los militares poder sobre ascensos, traslados, designaciones,
movimientos y contratación de personal docente para sus academias, entre
otras prerrogativas.
En respuesta a Página 12, el actual
director de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Defensa que dirige el
exdiputado radical Julio Martínez minimizó la implicación de esa medida
del Ejecutivo al decir que “no existe tal retirada del control civil
sino que se trata de un reordenamiento de tareas administrativas”.
En un comentario, la publicación señala
que el cambio de paradigma en Defensa está teniendo distintos síntomas y
el decreto que le restituye atribuciones a las Fuerzas Armadas es uno
de ellos.
A eso se suma -añade- el acercamiento a
Estados Unidos para estrechar vínculos bilaterales sumadas a las
versiones no desmentidas oficialmente sobre la posible instalación de
una base militar norteamericana en Tierra del Fuego, que son otras de
las cuestiones más preocupantes.
“En términos políticos durante todos
estos años la democracia fue generando la conducción civil de la
Defensa, quitándoles márgenes de autonomía a las Fuerzas Armadas, con
este decreto se vuelve a empoderar a los mandos militares”, interpretó
Rossi.
La disposición de Alfonsín de 1984
destinada a empoderar el aparato civil y la democracia estableció que
toda decisión de los cuerpos militares debía pasar por la órbita del
Presidente y el Ministerio de Defensa, señala la comentarista radial
Marta Speroni.
Con eso se perseguía -explica- establecer
un control civil sobre las Fuerzas Armadas para evitar que sostuvieran
el poder que les permitió realizar operaciones contra gobiernos
democráticos en décadas pasadas.
Alfonsín firmó el precepto en enero de
1984, momento del regreso de la democracia luego de la dictadura más
sangrienta de la historia argentina. “Antes de ese decreto, el país
sufrió sucesivos golpes de estado desde 1930 hasta 1976”, recuerda la
comentarista.
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