Inglaterra siempre será una piedra en el zapato de la UE.
La UE y Gran Bretaña son como esas parejas que se auto-proclaman pareja ideal, pero no ponen el dinero de los dos en una misma saca, sino que dividen los gastos comunes al cincuenta por ciento y el resto es de cada uno y lo utilizan sin consultar en satisfacer sus gustos o necesidades, sin esfuerzos mutuos ni proyectos en común. Son una pareja a medias. O como esos "viejos" jefes de familia, que ponen sobre la mesa, el dinero a gastar en la familia y se guardan el resto para ellos.
En todos los casos, son y no son, unos estan en la Union Europea, pero en algunas circunstancias siguen prefiriendo no estar, si brilla el sol sobre Europa, los viejos piratas se cruzan el canal y vienen a echarse desnudos a disfrutarlo y lograran ese rosado insulso conque adornan su piel y su vida. Si hay tormenta en el cielo del continente, se retiran a su bunker de tradiciones y reafirman sus viejos conceptos protectores, de isleños.
Para los viejos jefes de familia egoístas, acostumbrados a imponer el "yo mando en casa" y "gracias a mí comen todos", dan exactamente lo mínimo indispensable, posiblemente recortarán comida en su casa, pero ellos se protegen la parcelita, para seguir cubriendo sus necesidades externas, como su ruta diaria al bar u otras variantes, pero nunca renunciaran a lo suyo en pos de la familia. Son buenos, pero no lo son.
La Unión Europea dará siempre demasiados traspiés mientras todos los costaleros no marquen el mismo paso.
Eso debe definirse rápidamente, porque de lo contrario Gran Bretaña, seguirá siendo una piedra en zapato de los millones de costaleros que cargamos a hombros a la vieja Europa.
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