No suelo ver mucha televisión, algún partido importante de fútbol, un repaso rápido a las noticias y los lunes a la noche un programa que es una mezcla extraña. El héroe de la serie es una especie de viejo maestro del pequeño saltamonte de Kung Fu y un guerrero invencible del tipo Bruce Lee, puede con todo, a este no lo mata ni la crisis ni la prima de riesgo, y como todo buen héroe un sobrado al que ninguna mujer lo distrae de su lucha por la justicia, las mujeres caen rendidas ante su belleza de macho ibérico, pero él que es un ser superior no se deja llevar por los pecados mundanos, aunque su cuñada, como dicen por ahí, ¡esta para mojar el pan! el tipo, nada, ¡impasible!, tiene entre sus enamoradas a una marquesa bella, rica, joven viuda y con la experiencia de las "treintañeras"¡que esta para mojar dos panes gallegos! y mas mala que los recortes que vienen, lo que a mi me resulta mas interesante todavía, porque el peligro es muy atractivo, y que el condujo alguna vez un Ferrari ya no se conforma con un Seat Panda (cuestión de gustos) y el tipo ni se inmuta. Menos mal que en el último capitulo pasaron unas escenas donde aparecía con una china en la cama, porque ya no solo era su sirviente el que pensaba que estaba en la acera de enfrente, sino que también lo pensábamos los seis millones de televidentes. Igual es algo "rarito", porque tiene en la cama a una china de las que no se ven ni en los mejores negocios del ramo, ni en el mejor "todo a cien", y lo único que se ve es que nuestro hombre le está pintando la espalda a la chinita con un pincel gordo, yo esperaba que le tatuara las enseñanzas de Confucio a mordiscos y el tontolón escribiéndole "te quiero" en la espalda...¡vaya macho ibérico!.
Pero yo ya estoy mayorcito para saber como son estos héroes y miraba la serie por otras razones, entre ellas porque me parecía sorprendente que un país con fuertes raíces católicas se le diera tanto palo a la religión y a la iglesia, destapando todo el tiempo las creencias erróneas, mostrando chanchullos de obispos, e intentando que la gente deje de creer en falsedades. Mostrando a su vez las miserias de la monarquía, el desprecio con el cual se trataba a la gente del pueblo, la esclavitud a la que sometía a la servidumbre y otras perlas de nuestro historia, que aunque difieren en las formas y estilos, siguen vigentes.
Yo me preguntaba como podían emitir una serie tan comprometida con la igualdad y el libre pensamiento, estaba orgulloso de que en España se pudiera emitir una serie de ese calibre, pero...¡Oh sorpresa!...¡había trampa! nuestro maestro del libre pensamiento, que realzaba el valor de las ciencias, que incitaba a la lectura como fuente de sabiduría, nuestro maestro de la verdad que había luchado sin desmayos por enseñar que la iglesia miente, que Dios no esta con las religiones, al primer apuro, sale con su amada cuñada moribunda en brazos, corre a la iglesia, la deposita frente a la cruz de un Jesucrito que no entendía nada, pero bueno, como no tenía otra cosa que hacer y estar crucificado cansa mucho, intentó recordar viejos tiempos y... le regalo otro milagrito y ¡la curó de golpe!. Después de esto, ¡como si nada!, ella como siempre...¡mas saludable que un sancocho canario! y el con la misma sangre de pato, como si lo hubiesen amamantado con leche de higo, y nuestro ¡Agüila Roja!.a seguir caminando por el medio de la calle, sin decirse a encarar una acera definitiva y con esa cara de "yo no fui", y las manos que no le pone a la cuñada, ni a la marquesa, ni a la viuda del pirata, se la prestó a la religión, para que todos vayamos asimilando, que tarde o temprano, cuando la pena sea muy grande, caeremos de rodillas ante un crucifijo.
Tal vez los guionistas estén haciendo buena letra por si acaso, no vaya a ser que con el cambio de gobierno...
De todas formas yo no debo ser el único que vio este guiño, y supongo que esos otros, como yo, habrán apagado la televisión y no verán mas esta serie.
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