Anoche vimos en la televisión de Alemana un programa tipo documental donde mostraban la vida de carpinteros españoles que están trabajando allá, unos de manera precaria y otros con sus contratos en regla. La moda es la siguiente, una pequeña empresa familiar de carpinteros, da trabajo a prueba al carpintero recién llegado, vivienda y todo lo necesario en la casa del empresario que los contrata, este mismo empresario debe enseñarle alemán, el sueldo es de 600 euros en estos meses de prueba y enseñanza. Una vez superado el periodo de prueba el carpintero debe superar la prueba de la escuela de carpinteros y entonces ya puede conseguir un trabajo fijo y su total independencia.
No es nada nuevo, ya en años no muy lejanos se enviaba a los niños a aprender un oficio y vivir bajo las órdenes del artesano.
Esta moda se implantó entre otras cosas, porque los españoles que van a trabajar, no dominan el idioma, cosa que exigen las autoridades alemanas para convalidar sus oficios. Y seamos sinceros también les sirve, y mucho, este tipo de personas que ejercen su oficio de manera muy barata, mientras consiguen integrarse en el sistema laboral.
Si bien el programa se trataba de carpinteros, se que se utiliza para todo tipo de profesiones.
Lo que nos demuestra que tampoco funciona la Unión Europea en el ámbito laboral, porque un carpintero español, francés, o portugués, no debería tener que superar ninguna prueba, o es carpintero o no lo es, pero todos iguales y con el mismo nivel de formación y posibilidades libres de trabajo en toda la zona.
Pero, los ricos mandan y por ahora aprovechan de esas ventajas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario