Durante tantos años creí que era cierto aquello que decía "detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer", ahora de viejo me caigo de bruces contra otra de mis creencias que acepté como verdades sin discusión. En los últimos tiempos nos venimos a enterar que hay mujeres que obedecen calladas, que firman sin saber lo que firman, y que de lo que hacen sus maridos ellas no tienen ni idea...¡joder!...y la mía que me controla los cigarrillos, el vino, la cerveza, la ropa que me pongo, si me tomé la Atortasvatina, si me bañé o pienso hacerlo ahora o en fechas próximas, ¡que sino vas a ir a dormir al garage!, porque "lo que sobran en Canarias son cabras que huelen a chivo" y todas esas cosas que dicen las esposas de los hombres comunes. En cambio debo reconocer que a veces me gustaría tener a mi lado una tonta de esas que firman sin mirar, que encuentran un Jaguar en el garage y creen el vecino lo aparcó por error, o que como su niño tomaba la comunión y la casa respiraba un aire de religiosidad el espíritu santo pago la fiesta, o la otra que figura en una sociedad al cincuenta por ciento con el marido pero no sabe de que van los negocios de esa empresa y ve que la cuenta corriente se engorda día a día y no pregunta como ni porqué, que a uno le hace pensar que no es infanta sino infantil. Ahora en esa lista de tontas o enfermizas obedientes se suma la mujer de Barcenas, que jura ante el juez que ella firmó por confianza plena a su marido y que nunca dudó de su honestidad...ni necesitaba hacer preguntas...¡joder!...yo creía que eso de considerarse segundonas, obedientes y confiadas era de otro siglo cuando las mujeres eran sirvientas sin paga o en el mejor de los casos un hermoso adorno para la mesita de noche, pero parece que todavía quedan de ese tipo y aunque hayan pisado la universidad y obtenido títulos y trabajen y conozcan mundo, en algunos aspectos siguen siendo como mi bisabuela allá en la Galicia profunda. "De que hailas hailas..." ¡seguro!, pero no me lo creo...¿será que hoy ando con las neuronas de la suspicacia a toda máquina? Yo no creo que estas señoras sean idiotas, ni tan obedientes, ni tan segundonas, no se porqué me da que nos están tomando para el cachondeo y se están cagando de risa de todos nosotros. Ahora los dejo, mi mujer está mirando el reloj...es mi hora de la ducha, y no me va a dejar en paz...¡joder que manía! si apenas hace treinta y cinco grados y solo trabajé dos horas en el huerto a pleno sol. Juro que me gustaría dormir en el garage, pero no lo haré, prefiero bañarme porque en el garage los mosquitos están desesperados como políticos ante el dinero de otros...
¡qué suerte tienen algunos con sus mujeres!
Mas que una esposa, la Abuela es una MADRE para ti....
ResponderEliminarQuizá ESA SEA TU RELIGION, en vez de la católica....
jeeejejejejeje..............