martes, 8 de abril de 2014
Historias graciosas de Colombia.
La campesinita escuchó a su nueva ama:
-Tu trabajo consistirá en lavar la ropa, planchar, limpiar la casa, hacer las comidas y después a acostarte en tu cuarto a descansar y el señor en su bondad te acogerá en sus brazos todas las noches...eres católica ¿verdad?-
- Si señora-
-¿Crees que podrás hacer este trabajo?-
-¡por supuesto! su merced.-
Al mes la muchacha le dice a la dueña de casa.
-Disculpe señora pero voy a renunciar..-
-¿Por qué? ¿no puedes con tu trabajo?-
-No es eso señora, es que su merced me dijo que el señor estaría conmigo por las noches...-
- ¡y es así! el señor siempre está contigo.-
- Pues no su merced...el señor solo vino tres noches en un mes.-
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Dos jóvenes campesinos se encuentran en la única calle del poblado.
-¿De donde vienes Juan con esa cara tan alegre?-
- De comprar un regalo pa mi novia- le contestó Juan.
-¿Y que le compraste?- preguntó Pedro.
- Una caja de chicles...-
-¿Y para que?
-Para que se ponga mas cariñosa, a las novias le gustan los regalos Pedro.-
A los pocos días Juan ve a Pedro dirigirse muy contento hacia el corral de las cabras y le pregunta.
-¿Adonde vas con ese manojo de lechugas? -
- A llevarle chicle a mi novia.
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El vapor cálido y húmedo se empecinaba sobre Cali castigando con su sopor a los caleños, que buscaban el escape del sueño para pasar la noche. Obdulio era uno de ellos, pero como viejo conocedor de la tierra se dispuso a disfrutar de la escasa brisa que corría en el patio de su casa, se echó en la hamaca que colgaba entre una palmera y un naranjo, rezó sus oraciones, cruzó las manos sobre su pecho y se dispuso a entregarse en los frescos y renovadores sueños de Morfeo. Cuando alcanzaba el placer del sueño, un mosquito inoportuno y cansador comenzó a girar sobre su nariz, de izquierda a derecha, con un torturador sonido..ZZZZZZ.....ZZZZZZ...ZZZZZ, Obdulio intento ignorarlo y largo un manatozo intimidante....ZZZZZZZ.....ZZZZZZ....ZZZZZZZZ... pero el mosquito seguía "a su bola" y no cejaba en su empeño de amargarle la noche, hasta que Obdulio no pudo más y hecho un furia de nervios agotados, abrió los ojos, puso toda su atención y de un manotazo felino que requirió tres meses de vacaciones para recuperarse, lo cazó al vuelo. Con paciencia y meticulosidad digna de un relojero suizo, el negro caleño tomó al mosquito por las alas, el inseto tiraba patadas al aire, pero no podía librarse. Obdulio lo puso frente a sus ojos, ambas miradas se cruzaron desafiantes, el mosquito era valiente y no bajaba la mirada....
-hijoeputa ahora vas a saber lo que se sufre...- le dijo el negrote caleño.
El mosquito lo miró fijo y burlón con esa mirada cortante que suelen tener los mosquitos valientes y no excentos de malandraje.
-¡Te voy a torturar hijoeputa!- le dijo el colombiano con los ojos hechos dos candelas.
Esta vez el mosquito no pudo evitar el temblor que recorrió su cuerpo.
-¡Ahora verás lo que se sufre!.le dijo Obdulio y sin mediar mas palabras puso al mosquito bien cerca de su filosa mirada y comenzó a mover su caleña cabezota en círculos alrededor del mosquito....ZZZZZZZZZZZ..........ZZZZZZZZ.....ZZZZZZZZZ, el hombre rotó una y otra vez su cabezota negra en el sentido de las agujas del reloj frente a la mirada giratoria y mareada del insecto...ZZZZZZ.....ZZZZZZZZZ....ZZZZZZ... el insecto ya no podía mas, estaba agotado, era una tortura insoportable, ¡la crueldad hecha sonido y movimiento!. No veía escapatoria, pero era su noche de suerte, no supo si acudió en su ayuda el ángel de la guarda que tiene todo mosquito colombiano, no supo si fue el azar, pero de pronto y cuando ya estaba más muerto que vivo, el mosquito vió como Obdulio suavizaba el ZZZZZZ....y se quedaba dormido. El insecto, ni corto ni perezoso aprovechó la ocasión y voló sin permiso de despegue a la primer cervecería abierta...para festejar.
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