Al ver un pordiosero pidiendo una moneda, o durmiendo entre cartones, esa visión nos molesta, tal vez porque en el fondo de nuestro ser, somos justicieros y humanos, y además, sabemos que esa situación se podría haber prevenido o al menos remediar.
Cuando vemos como en países como los de A.L (América Latina) los pueblos se inclinan hacía gobiernos diferentes aunque estos nos parezcan de una dudable capacidad, muchos se espantan y piden a gritos que alguien pare a esos gobernantes con supuestas incapacidades, o de evidente lineamiento hacia dictaduras. Mucha gente ve ahora, lo que antes no quiso ver. La democracia nos permite emitir un voto sin tener en cuenta nuestros conocimientos, sin tener que pasar un exámen previo, es un principio justo de igualdad. mucha gente en A.L. se tira de los pelos al ver que llegaron al poder personas no gratas e intentan derrocar a esos gobiernos. Sin embargo esas mismas personas, nunca se preguntan el ¿por que llegan al gobierno?. Esas mismas personas no vieron, o no quisieron ver como se deterioraban las sociedades, vivían en su pequeño mundo de bienestar ajenos a la realidad social que circundaban con sus carencias y sus miserias a las grandes ciudades, grandes cinturones de pobreza que se iban cerrando como un lazo que ahorcaría su paz y su buen pasar y aceptaban como válido un resumen inhumano y clarificador en pocas palabras... ¡qué se jodan!.
Durante muchos años de mi vida escuché muchas frases suicidas como..¡salvense quien pueda!..esa gente es escoria!...son malandras!...son vagos!...no trabajan!...etc.etc.etc y escribo muchos ectecera para evitar escribir palabras denigrantes de racismo y xenofóbia. Sin embargo nadie se plantea que la ciudad de Juarez en México, por poner un ejemplo, no debería ser un infierno como es hoy en día, que algunos gobiernos no cumplieron con su labor social, ni económica, ni humana...y que muchos mexicanos también dijeron el... ¡qué se jodan!. Como lo dijeron muchos porteños argentinos que veían como se gobernaba solo para clases dominantes y como ellos estaban recibiendo las migajas, callaban los más discretos y ¡que se jodan!, decían los mas radicales, y así así podríamos describir mil ciudades, mil realidades cotidianas a lo largo y ancho del planeta. Por eso, si te no te gusta el que ganó las elecciones ¡te jodes!, si matan a tu hijo para robarle un par de zapatillas de marca...¡te jodes! si te secuestran a tus hijos...¡te jodes!...sino te gusta ver que tu país no era el que tu pensabas...¡te jodes! si te das cuenta que miraste para otro lado y no te importaron las otras realidades sociales...¡te jodes!.
Si ves como una chusma ignorante y oscura te amarga la vida, queman y saquean, violan y matan, piensa que tu ayudaste a crear esas masas furiosas y abominables y ahora..¡te jodes!
Suena feo ¿verdad?, pero las injusticias sociales, el reparto del dinero de un país de manera injusta, el fomentar ideas de menosprecio y la exclusión social, tienen su precio. Por favor no te quejes, todos somos contibuyentes de este desatino que hoy sufrimos y sufriremos ¡a más!, si no recomenzamos todo, sino borramos del disco duro nuestras caducas ideas de clases sociales privilegíadas y clases sociales menos importantes, le dejaremos a nuestros descendientes un mundo invivible, lleno de odios viejos y sin poder imaginarnos lo difícil que será sobrevivir en comunidad. Recuerdo que una vez en Bogatá me tocó visitar a un importante empresario, para llegar a su vivienda, tras su invitación personal, en una ubanización exclusiva y rodeada de altos muros y cercas de alambre de púas y camaras de seguridad, debí traspasar la barrera con guardias armados previa verificación de la invitación, se me pidió la documentación y se me hizo un cacheo y revisaron mi auto de cabo a rabo, y como estaba "limpio" pude pasar, en la puerta de la casa abrió un "mayordomo" que tenía la imagen de un matón a sueldo mas que de un empleado del servicio, cuando estoy por entrar a la casa, veo llegar un auto de alta gama con los vidrios tintados, de el se bajaron, el chofer y su ayudante, que cualquier inexperto podía deducir que eran dos "guardaespaldas" y el tercero en bajar era un niño de unos ocho años, vestido con el uniforme de una prestigiosa escuela. ¿Vale la pena vivir con ese miedo?. Pero la diferencia radica en que un rico vive con miedo pero lo puede apaciguar pagando seguridad, pero el ciudadano normal no puede hacerlo, por lo que lo convierte en víctima fácil o vivir con miedo, le suceda o no un hecho desgraciado su vida será un eterno temblor de inseguridad. Tal vez por esto sigo insistiendo en que debemos conciencíarnos, de que la lucha de las clases sociales no terminó, que el reparto de los resultados económicos de un país debe volver al pueblo de abajo hacia arriba y no al revés. Que no se deben permitír que haya personas de sangre de distintos colores, que no se debe seguir rezando a dioses que nos proponer un futuro lejano e incierto, sino cambiamos el chip, solo nos toca jodernos, y lo único que nos queda, por dignidad, es decir cuando nos pase algo malo...¡ahora me jodo!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario