Escuchar al presidente Rajoy tratar de convencernos que "la crisis ya es historia", a mí me dejaron unas dudas muy serias, escucharlo tan convencido me hizo dudar de mi situación mental. Al escuchar ayer a unos periodistas que apoyaban sus palabras y engañaban a los televidentes de que todo va bien, me hizo dudar de la visión que tengo sobre la realidad. Sin embargo unos minutos después esos mismos tertulianos de 24 horas (TVE) decían cosas exactamente contrarias "En este trimestre hubo un 7,3% más de desahucios", "la deuda externa de España ya superó el Billón de euros" "hay muchos puestos de trabajo que no le permiten a la gente dejar de ser pobres, aún trabajando" "hay 800 mil familias donde no entra en euro" "Caritas y la Cruz Roja no pueden más". Ya para ese momento yo estaba más tranquilo, no estaba mal de la cabeza ni me estaba engañando la visión de la realidad, pero para más tranquilidad recordé que durante años, cuando vivía en Argentina, escuché las mismas consignas... "la macro economía va bien y ya llegará a la economía de la gente", esto mismo que se empeña el gobierno en que entendamos bien y lo asimilemos como cierto, es una gran mentira, frases huecas como "se ve la luz al final del túnel", o "lo peor ya ha pasado", frases de poca creatividad, por cierto, y muy utilizada en tiempos pretéritos. Mientras los argentinos escuchaban esas frases veían como se desmantelaba su débil estado de bienestar, como se quedaban sin hospitales públicos, como se caía a trozos la educación pública y básicamente como aumentaba la pobreza y con ella la inseguridad. Los argentinos creían que la mejoría de la macro economía llegaría a la gente, pero nunca llegó. Veían como se pagaba religiosamente la deuda externa y se aumentaba la deuda interna, esa que se define como "al pueblo nada y a los acreedores todo", como está haciendo España, donde se estableció un déficit del 3% por ciento, a costa de lo que sea, con el cuco de un supuesto rescate. Y ese a costa de lo que sea siempre recae en la población mas débil. Hasta que todo revienta, claro, y después se vota a los bolivarianos de turno.
Viejos cuentos que los que vivimos en otros lares ya los escuchamos.
"Nuestros socios europeos confían en nosotros" escuché decir a un economista partidario del gobierno. Valiente tío, que está contento de la confianza de los socios mientras más gente pasa frío por no poder pagar la calefacción, mientras aumenta la pobreza sin cesar, estos economistas que se ponen contentos de pertenecer a una unión europea donde cada uno hace lo que más le conviene sin importarle los socios y que firman sin chistar, ni discutir, ni negociar lo que dicte Bruselas, que tiene, como es lógico, ganas de cobrar las deudas en los tiempos y formas que ellos dictan, que no tiene porque ser así, porque España no va a desaparecer ni mañana ni en siglos, por lo tanto ¡pagar si! pero no a costa del deterioro social apresurado y galopante, porque este es un cáncer que se extiende y ya no es fácil de curar. Pagar sí, pero no como ustedes ordenen, sino como entre todos negociemos. Pero España tuvo un par de gobernantes flojitos de carácter, sin alma de estadistas, presidentes de andar por casa. Ahora cuando aparece Podemos y habla de pagar las deudas justas o de reestructurar la deuda, los medios convencen a los flojitos y obedientes ciudadanos que ya "no se pagar la deuda y eso será un desastre para España", apoyados como no podía ser de otra manera por "figuras" importantes de nuestros socios y otros acreedores. Hoy leo que el presidente del principal banco alemán opina sobre los desastres que podía traer Podemos, como no iba hacerlo si Alemania tiene los depósitos de millones de ciudadanos de los países tercermundistas de la UE...¡ni que fueran estúpidos! ahora que tienen atrapados a unos cuantos de decirles que hay otras salidas. Mientras tanto nuestro presidente nos endulza la vida con mensajes navideños que intentará sostener hasta las próximas elecciones... y nos llenarán de miedos nuevos sobre cualquier nueva alternativa política.
JTA
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