Los seguidores de este blog habrán notado que en estos días no subí nada al blog y fue por una razón importante, estuve en Buenos Aires por una semana. Asuntos familiares y económicos me dieron el justificativo perfecto para darme una paliza de viaje que castigaron mi vieja musculatura, pues desde mi domicilio a Madrid y de esta a Buenos Aires uno queda "como maleta de loco", pero la parte del viaje en si ya la contaré cuando toque, y de la "pobreza" de Iberia y su servicio tendrá un capítulo especial, ya que más allá de ser una aerolínea es la representante de España por el mundo.
Sin embargo hoy el tema es desmentir una vez más las difamaciones que se emiten casi a diario en los medios españoles sobre el gobierno argentino. Seguramente hay mucho para reclamar, pero también debería decirse que en 2001 tomando el famoso corralito como punto de referencia, de un país quebrado, donde las grandes empresas y todos los bancos se llevaron del país hasta la última moneda, hoy se puede ver un país dinámico donde se nota en sus calles una actividad comercial digna de sus mejores tiempos, donde la gente de distintos enfoques sostiene que en Argentina no trabaja el que no quiere, pues hay trabajo en todos los rubros. Se podrá decir con certeza muchas cosas negativas, como por ejemplo la corrupción, pero seamos sinceros, después de ver lo que pasa en España, aquellos son chorizos de "tercera". Comprobar en situ, los precios de las cosas, los sueldos, y calcular que pagan monedas por la luz, el teléfono, el agua y el gas natural (todo subvencionado por el país) sería y es, en mi caso, una envidia. En cambio la envidia de los argentinos es ver el costo de todos los cacharros electrónicos que disfrutamos en el "primer mundo", ellos pagan tres veces más el precio de un móvil, de un ordenador, una tablet, etc... etc... es ahí donde el gobierno "se cobra" el precio de las subvenciones. Como suele suceder cuando hay dinero pero uno u otro motivo los gobiernos ponen trabas a algo la gente busca la solución y lo compran en el exterior, creo que de los trescientos sesenta pasajeros que llegamos al aeropuerto de Ezeiza, yo era uno de los pocos que no teníamos nada para declarar y viajábamos con equipaje de mano, el resto llevaba de todo, ¡ordenadores hasta para la abuela y móviles hasta para el perro! todos medio camuflados "como usados". Esto sin querer me hizo recordar la intencionada publicidad contra el gobierno venezolano, donde las quejas de la oposición son siempre sobre "las cosas que no hay en el mercado", pero nunca se hace notar la falta de dinero para comprarlas, falta el papel, pero la gente tiene el dinero para comprarlo si lo hubiera, lo triste es cuando la oferta es inmensa y la gente no tiene conque comprar, como le está pasando a mucha gente en algunos países europeos, aunque los dos son motivos lamentables, yo me quedaría con no poder comprar por falta de oferta y tener el dinero para ello, pues de un modo u otro, la picardía de la gente siempre ayuda a conseguir lo que quiere. Ya había notado un gran progreso en esa Argentina que visité en el 2010 y hoy les puedo asegurar que ese crecimiento sigue siendo espectacular y se nota. No crea que opino con ojos de turista, viví treinta y ocho años allá, tengo familia e intereses, soy mucho más que un turista que va a comer carne y ver espectáculos de tango. Digan lo que digan de los Kitchner, que la llamen como la llamen a Cristina, el "tuerto" y ella le dieron la vuelta a un país quebrado, pero, como dice mi hijo mayor..." La Argentina debe ser el único país que no lo podes quebrar... ni a propósito".
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