Los grandes medios de comunicación nos vinieron asustando con la llegada del coco, de un fascista, de un bocazas, de un xenófobo, de un esclavista, y lo peor de lo peor... ¡un populista!, que es el término de moda y el peor calificativo que se le puede achacar a alguien que no esté con lo establecido, porque según parece, lo establecido está "muy bien", para intentar cambiarlo y todos los que pataleen contra el sistema ya son feroces locos de atar, pues parece ser que en la visión de lo establecido el mundo va muy bien y los pueblos no se dan cuenta que son felices y que sus sueños se cumplen.
Pero... aparece el pero, infaltable en todo momento y contra cualquier pensamiento, los votantes estadounidenses votaron un cambio, canalizaron su descontento pateando la lista de lo establecido, muy bien representado por H.Clinton, pero... ¡votaron a un millonario! o un multimillonario que es aún peor, porque muy rara vez alguien se hace millonario siguiendo los pasos y las creencias de la clase trabajadora, mas extraño sería que un multimillario estuviera en contra del sistema donde a él y a los suyos les va tan bien.
Los votantes norteamericanos que esperan cambios puede que se lleven una gran desilusión en muy poco tiempo, una a una verán como las promesas de Trump se desvanecerán, pues por mucho muro que intente construir y por mucho que pregone que no entrarán más ilegales, él sabe muy bien que los "espaldas mojadas" son mano de obra barata, muy necesaria para otros esclavistas como él.
Trump, puede que sea un fanfarrón y un jeta suelta, pero no está loco, muy por el contrario es un espabilado que sabe que lo que funciona bien, no debe tocarse y el sistema funciona muy bien para los ricos y los grandes capitales. Ambos saben que el sistema está fallando para las clases medias, que ven como se achica su estado de bienestar y además soportan el peso de impuestos que para colmo no vuelven a la sociedad para evitar las consecuencias de la desigualdad...¿pero eso le importó alguna vez a los ricos?.
El resto del mundo no debe asustarse tanto con este señor, puede que ladre mucho más, puede que no sea tan diplomático como Obama, puede que sea otro Busch, pero, seamos sinceros, ¿con Obama ha cambiado la política exterior?, ¡NO!, solo cambió soldados del glorioso imperio, por mercenarios sin uniformes, pero nunca dejaron de machacar a los mismos países y por los mismos motivos.
Otro ejemplo claro de que no hubo cambios en los últimos años lo vemos en las acciones llevadas a cabo en Latinoamérica, con una sonrisa de negrito bueno y simpaticón, Obama apoyó los golpes de estado en Brasil y a la oposición venezolana colaborando día a día y con los millones que hagan falta para sacar del poder a Maduro, lo mismo que a Correa y Evo Morales, aunque en estos casos con menor intensidad. Obama no fue diferente y siguió la misma política exterior que sus anteriores, tal vez por eso se sintió tan felíz al viajar a Argentina y darle unas palmaditas cariñosas en la espalda de Macri, estaba tan feliz de que Argentina se entregara sola y por medio de los votos que hasta se atrevió a regalarles a los gauchos neo-liberales unos pasos imperiales simulando bailar un tango.
Por lo tanto yo pienso que no sucederá nada nuevo, una vez más, los cambios ciertos deberán esperar, y si ya soportamos al loco Busch, este será una "papita pelá", un "asusta viejas" que hace dos días llamó a Putin, y aunque no sabemos de que hablaron, al ver la reacción favorable de Putin en el día de hoy... ya podemos intuir que el programa del circo mundial será el mismo.
José Trillo Aran.
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