El campeonato mundial de fútbol del 98 nos
ha confirmado, entre otras cosas, que la tarjeta MasterCard tonifica los
músculos, que la Coca Cola brinda eterna juventud y que el menú de
McDonald’s no puede faltar en la barriga de un buen atleta. El inmenso
ejército de McDonald’s dispara hamburguesas a las bocas de los niños y
de los adultos en el planeta entero. El doble arco de esa M sirvió de
estandarte, durante la reciente conquista de los países del este de
Europa. Las colas ante el McDonald’s de Moscú, inaugurado en 1990 con
bombos y platillos, simbolizaron la victoria de Occidente con tanta
elocuencia como el desmoronamiento del Muro de Berlín.
(Del libro Cerrado por fútbol, Siglo Veintiuno Editores.) |
martes, 19 de junio de 2018
Cerrado por Mundial.
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