A esta altura de tu vida ya deberías saber que eres un material de desecho, un descarte, una molestia, una carga en un mundo donde solo valen la productividad y el consumo, y tu y yo, no servimos para ninguna de las dos. Pero no te sientas mal, ni te dejes llevar por el bajón anímico por esto que escribo, si te sirve de consuelo, hasta los de cuarenta o cincuenta, que están en el paro, son material inútil para esta sociedad occidental que supimos conseguir.
Nosotros que ya estamos jugando el tiempo de alargue en este partido de la sobrevivencia, podemos al menos servir para algo, ¿sabés para que?, para joderles la vida a los gobiernos miserables que siempre y como siempre, nunca tienen dinero para pagar a los jubilados su derecho a vivir dignamente, y con eso también recordarles a los jóvenes que nadie da nada gratis, que si se quiere algo hay que luchar por ello.
Nosotros los viejos ya no tenemos mucho que perder... ¿no te parece eso una gran libertad?.
A esta edad no tenemos pretextos para justificar el conformismo y las debilidades que producen el tener un futuro prometedor, y no tenemos excusas para no luchar ¡si algunos ya son tan viejos que ni los mandan a la cárcel!, además con tantos años tampoco podemos hacernos los inocentes, algo que puede comprenderse en la juventud, incluso hasta puede verse como una virtud, pero hermano y hermana jubilada, en la vejez, la inocencia es sinónimo de estupidez. Levantate y anda...¡hazle una puesta a punto al taka-taka! ¡ponle los tacos de goma antirresbalante a tu bastón! ¡tirales con la dentadura! si es necesario, pero protesta, levanta tu culo viejo y vete a la manifestación, rompe la calma chicha del conformismo de los demás esclavos que te miran mal por exigir lo tuyo, y no te pares, ni hoy ni mañana, debes defender el derecho adquirido a través de muchos años de aportes, esos que además del rendimiento que generó de tu trabajo, también sirvieron para ayudar a levantar el país, o para pagar las jubilaciones de los anteriores. El país nos debe mucho, nunca se te olvide.
No te dejes llevar por lamentos o promesas de los gobernantes, ni creas que tus privaciones valen la pena porque te lo pida el gobierno, incluso aunque gobierne el que tu votaste. No le creas a esos interesados economistas que te dicen que no hay dinero, o que crece el número de jubilados pero siempre se los olvida decir los miles que mueren cada mes, unos por viejos y otros por asco a seguir viviendo mal.
Ya debes saber que nada se consigue mendigando, ni marcando distancias con el jubilado de la derecha, de la izquierda, o ese franquista que vive en la de enfrente, o el comunista que vive en la otra calle, no amigo/a, hay una causa común que nos une... ser jubilados.
Luchar es la consigna, ayer, hoy y mañana, porque el que no lucha está muerto o como mínimo agoniza.
José Trillo Aran.
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