lunes, 5 de diciembre de 2011

Pará la pelota y mirá

A veces pienso que vivimos la vida tan ocupados que realmente no nos damos cuenta de que estamos vivos, y no es juego de palabras, es lo que hacemos a diario, sin darnos cuenta. Estaba en estos pensamientos cuando entró en casa uno de mis hijos:
-hola... pa!-
-hola hijo.-
El siguió su camino y yo a seguir viendo postales de bellos paisajes en el ordenador, con la ventana cerrada. a dos metros de mí. Fue mi mujer la que entró haciendo una pregunta o mas bien dando órdenes con signos de pregunta:
-¿ Pero que haces con la ventana cerrada?.- y sin preguntar la abrió de par en par, las mujeres siempre abren las ventanas, todas, las normales abren las de la casa, las magnificas también las de la vida.
Me dio un beso en la cabeza, "cada vez mas pelado..¿eh?", y como disculpa de los hechos consumados...
-Es que estas encerrado, con una mañana tan bonita.- y así como vino, se fue. Gire la silla y me quedé ensimismado en el paisaje, fue cuando llegaron las preguntas.
¿Que estoy haciendo? tengo un paisaje de puta madre y yo viendo paisajes en la compu -
¿Cuanto hace que no abrazo a mi hijo?...lo veo todos los días y no se realmente quien es, que piensa, que teme, que sueña?-
Y me vino a la memoria un entrenador de apellido Pentrelli, paró el partido para corregir errores y a mí me dijo. pibe...calmáte un poco, pará la pelota y mirá... sino miras no ves nada ¿entendes?
Cuanto hace que nosotros ponemos todas las ganas en la lucha y no paramos la pelota para ver a que jugamos, metemos mucha pata, mucho nervio, muchas ganas, pero ¿tenemos claro el panorama del campo, los espacios libres, observamos a los que nos rodean?.
Creo que todos deberíamos parar un poco, unos minutos, pensar que tenemos y que nos perdemos de apreciar, tal vez este supuesto desperdicio de tiempo, nos salga mucho mas rentable de lo esperado.
-Chau... ¡pa!.-
-Chau... hijo...esperá...veni...¡dame un abrazo!-
Nos abrazamos y me sentí muy bien, bueno, un poco débil entre sus brazos, cosa que no me gustó, porque si el ya es un hombre, es porque yo soy un viejo y quiero seguir siendo fuerte para protegerlo un tiempo mas.
-¿Estás bien, viejo?- entre argentinos se usa mas el "viejo" que el "papá", pero el viejo ese suena lindo, el del respeto, el del cariño, igual que "vieja", la madre es menos madre sino se le dice vieja...viejita, tal vez sea un reconocimiento a los largos años de lucha. Sueña bien ¿verdad?.
Recuerdo una vez que volvía a casa del trabajo, era ya bastante tarde y la noche era fría con ganas, de esos fríos que duelen en la piel y cuando estaba a pocos pasos de mi casa..."¡dame toda la guita...vieja o te cago matando!".Hasta los atracadores usan esa palabra cariñosa, es una cuestión de nivel, un detalle, que me haya quitado el poco dinero, es lo de menos, pero me llamó ¡Vieja! como llamaría a su madre...y la put..vieja que lo...Porque en Argentina la vieja esta tan presente que hasta a los hombres se los puede llamar así.
Apenas entre en mi casa, me senté un sillón, la familia dormía y el silencio y la soledad, me vinieron muy bien.
Recuerdo que estuve un  largo rato pensando y entre otros pensamientos, surgió el que me recapacitar que hacia tiempo que no valorizaba lo que tenía, que todo estaba así, por un proceso lógico, por sacrificio, que mi vida era buena porque si, el asaltante sin pretenderlo, me obligo a valorar lo que tenía, a darme cuenta que en solo segundo todo podía cambiar, un segundo para apretar el gatillo y otro para ser cadáver.
Lo escuche a mi hijo diciéndole a mi mujer, o sea a su... vieja.
-Viejita... controlá al viejo que me parece que le da al vino desde temprano-.
-Bueno, lo voy a vigilar...vení...¡dame un abrazo!.
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