Ya no se trata de manejar los tiempos políticos ni de mirar para otro lado, que un presidente de un país tenga que escapar de los periodistas y aparecer en televisores de plasma y no dar la cara, ya es una vergüenza para él y un desprecio total hacia esos periodistas, pero que un presidente no se atreva a nombrar ni hablar de un caso de corrupción en su propio partido donde los excrementos lo salpican también a él, nos da a entender, al menos a mí, que o no tiene valor de dar un golpe en la mesa y limpiar el partido con el caiga quien caiga y que aquello de que "cada palo aguante su vela" sea una realidad, nos deja una gran duda, o es un cagón, un irresponsable irresoluto o está más sucio de lo que creemos. Lo que en todos los casos es trágico porque queramos o no, nos representa a todos los españoles y toma medidas sobre nuestras vidas. No solo estamos siendo el hazmerreír de media Europa, el vacilon ya da vueltas por el planeta, porque junto a la figura de Rajoy vamos enganchados todos. Y aquí no se trata de ser o no ser de derechas, me da igual escribir lo mismo del señor Rubalcaba, pero esto no es el presidente, es solo la oposición y a esos se los castigará ¡otra vez! en las urnas. Es la misma gente del PP la que debería evitar este limbo entre la supuesta prudencia y manejo de los tiempos o sus salidas "a lo gallego" o la duda entre la cobardía o la implicación.
España se está quedando sin referentes políticos de valía, y eso es muy malo para un país que se supone que debe estar unida y formar una sola nación, estas conductas y este mirar para otro lado porque los implicados son de los míos, nos iguala a todos. Si Rajoy no tiene intención de limpiar la casa, lo deberán hacer las bases del partido, a menos que estos sean de la misma raíz, en ese caso está todo bien... ¡y a vivir que son dos días! y a seguir pasando vergüenza "en el mundo mundial".
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