miércoles, 12 de febrero de 2014
España, de rodillas.
Normalmente los cobardes suelen inclinarse ante los poderosos y ensañarse con los mas débiles, es el comportamiento típico de los mediocres. El gobierno español está actuando de manera cobarde, demostrándole a propios y extraños que estamos gobernados por lacayos serviles de todos los poderes, internos o externos. En el plano económico solo se atrevieron a recortar bienestar a dependientes, jubilados y empleados, en cambio no tuvieron el valor de tocar a los ricos, ni a grandes empresas, y mucho menos ponerle los puntos en las ies a las multinacionales, y mucho menos cobrarle los impuestos a la Iglesia, cosa que si hacen otros países de la UE. Con lo que podríamos encontrar un símil para el gobierno de Rajoy, un capataz de látigo en mano que recorre la finca montado en su caballo y golpeando a los esclavos, y que para su desgracia tiene muchos patrones para obedecer e inclinarse, lo que le resta el placer de disfrutar de su poderío. En política exterior se ensaña contra los países que le ordenan ensañarse, por ejemplo con determinados países latinoaméricanos y ensalzar a otros gobiernos mucho peores, pero USA manda y España obedece, pero este halabolismo no termina ahí, también hay que obedecer a la UE y como si esto fuera poco ahora también los chinos nos hacen inclinar la cabeza, país este que junto a USA se pasan por las gónadas los derechos humanos y la justicia universal, única salida para que la justicia sea globalizada, como lo es el dinero y el comercio, única alternativa para evitar que campen a sus anchas individuos despreciables que acomodan las leyes de su país para ejercer todo tipo de atrocidades. España está dando claros mensajes al mundo al promover una ley contra la justicia internacional y el mundo se ríe de nosotros, ante los países pobres que luchan por sacarse de encima el sistema y el dominio de las potencias perdemos puntos y respeto y ante los "patrones" igual, que seguramente y en privado, se deben burlar de nuestra obediencia. Lo que nos garantiza que no iremos al infierno de los rebeldes, ni al cielo de los potentes, nos estamos ganando el limbo de los mediocres...¡ah! se me olvidaba, ahora la iglesia decretó de que ya no hay más limbo.
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