A los españoles que como yo nos toco crecer en la Argentina y vivir en otros países sudamericanos, nos duele doblemente los artículos como el anterior en este blog, (¿Por qué preferíamos que ganen los alemanes?) no solo porque no es justo el prototipo de argentinos que se quiere seguir reafirmando, sino por que sé tiene muy malas intenciones y muchos intereses pretenden que se sostengan en el tiempo. Desde muchos diarios de España,(entre ellos El País) hace años que se intenta atacar al gobierno argentino, porque los Kitchner no son lo que ellos esperan, no les permite "el libre comercio" ni los trapicheos que desean. Intentan destacar el ataque de esos gobiernos a las empresas españolas que están en Argentina, pero la realidad es otra, en Argentina hay miles de empresas españolas que no tienen inconveniente alguno, que no sean los mismos que tienen cualquier otra empresa nacional argentina o de cualquier otra nacionalidad. No sacan la cara por todas esas miles de empresas medianas o pequeñas, a las que defienden, a costa de la verdad, son a las grandes empresas que pagan publicidad en los medios españoles, como por ejemplo, Repsol o Telefónica.
El pueblo español hace mas de una década que viene leyendo y escuchando todo lo malo de Argentina y ya conocemos el gran nivel de inocencia y credibilidad del pueblo español, que aún, a pesar de ser burlado casi a diario por las instituciones sigue creyendo lo que le dicen que deben creer.
Con el boom del ladrillo los españoles mediocres se incentivaron contra la inmigración, otra vez rescataron viejos prejuicios olvidados de cuando eran un imperio y dieron un paso adelante y sobrador con todos los inmigrantes en general, pero quizás el mas doloroso haya sido contra los latinoaméricanos, por aquello de la madre patria y sangre de mi sangre, pues sin observar mucho cualquiera se da cuenta que aquellas gentes son parientes directos de los españoles. Esta discriminación viene de muy arriba, y mucho mas incentivada desde la derecha española que siguen rememorando las ideas del imperio donde no se ponía el sol, y siendo poca cosa en Europa, donde se está haciendo el triste papel de segundones obedientes, encontraron en los parientes pobres el desquite de sus antiguos aires de grandeza. La incentivación de los intereses políticos, al servicio de las grandes empresas encuentran grandes defensores ante gobiernos que las priven de sus planes de adueñarse, como sea, de los frutos esperados, como si la América de hoy fuera la de ayer, donde todo valía para rapiñar a placer. Evidentemente no son todos los españoles los que piensan así, pero lamentablemente si son una mayoría, si lo sabré yo, que siendo español, tengo hijos de tres hermosos países, Colombia, Venezuela y Argentina, y que lógicamente estoy mucho mas atento que otros a esas campañas de desprestigio y alejamiento.
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