martes, 2 de septiembre de 2014
A los latinoámericanos "les comieron el coco..."
Como este blog se lee en muchos países intentaré como siempre de usar un lenguaje mas o menos entendible para todos, por lo tanto lo de "comieron el coco" se puede entender como un lavado de cerebro masivo, esto no es de ahora y ya parte de los mismos comienzos de la colonización e incentivado mas adelante por los patrones que iban "a hacerse la América", pero no hay que ser injusto, hoy también se usa en la mismísima Europa para con sus ciudadanos y como da buenos dividendos, se usa y se usará donde y cuando sea, porque es parte de uno de los "mandamientos" de la globalización. En latinoamérica se fue sembrando la idea de que los criollos eran vagos e irresponsables, los terratenientes ingleses o españoles, o alemanes o tantos otros, vieron con astucia que si eso se hacía carne en esas mentes, el negocio sería más rentable y con el apoyo de gobiernos de la misma clase social y tradicional de Europa, puestos a dedo, se logró que la mentalidad de los obreros y peones, se esforzaran más y más. Como pasa hoy en España que con sueldos de miseria y aprovechando la situación el que no trabaja diez horas o doce, es un pobre diablo mal visto y si se retoba va ¡a la puta calle!, un término que se hizo folklórico en estos lares...¡a la puta calle!, lo que demuestra y refuerza la vitalidad del patrón. Sin embargo no fue solo eso lo que sembró en las mentes de los latino-americanos, lo peor fue el servilismo al que se llegó pensando que los europeos y yankess eran mejores, cayendo en la trampa de llamar "patrioterismo" al más puro sentimiento nacional y dejando de pensar en la bandera propia, que no es más que un símbolo que aglutina, no era comparable con otras del primer mundo. Hoy con inmensa tristeza podemos ver como en muchos países lationamericanos la gente tiene en sus coches e incluso en sus casas la bandera de la barra y las estrellas y luce en lugares visibles y hasta con orgullo, un trapo que representa a otras personas, lejanas y que tiene poco que ver con el ser y sentir de un latinoaméricano. Hoy podemos asistir al lamentable "jalabolismo" "alcahueterismo" y "lameculismo" de millones de ciudadanos que naciendo en un país desean ser de otro. ¿es acaso mejor ese país al que le sirven como lacayos? ¿o lo están haciendo mejor con su servilismo y rendición incondicional?. Con mucho dolor he visto en mi último viaje a la Argentina como seres queridos y viejos amigos tenían a la vista una banderita de USA?, con tristeza infinita perdí la amistad de un joven venezolano al que conozco desde niño por sus ideas "americanas" y anti-venezolanas. Y no es que yo sea precisamente un ser que enarbola las banderas como instrumento de separación entre seres humanos, las tomo como un trozo de tela que nos recuerda de donde somos, donde nacimos o crecimos, o donde quiero vivir, pero de ahí a enarbolar banderas extrañas que no sea "donde como y cago", hay un largo trecho. Cada persona debe defender sus derechos y cada argentino a su país, cada colombiano debe estar orgulloso de nacer en un país que es el principal exportador de orquídeas y de café y no quedarse con aquello de que es un país de narcos. Cada uruguayo debe estar orgulloso de que un país tan pequeño pueda exportar comida para tantos millones de personas en el planeta (y no doy más ejemplos por falta de tiempo). No valorar lo que se tiene, sobrevalorar lo ajeno, no luchar por mejorar la casa de uno, rendirse y creer los cuentos que les quieran contar, es, como mínimo una idiotez consentida. Por suerte ya cada vez son más los latioaméricanos que se están "avivando", "avispando" "poniéndose las pilas" e importan menos cuentos y exportan y reclaman sus derechos. Siempre sostuve que hay que emigrar, es muy bueno, se aprenden muchas cosas, entre ellas a querer al país que se dejó atrás y darse cuenta que muchos de los países ricos, lo son porque los ciudadanos de los países pobres lo permiten. Nadie es mejor que nadie, pero lo primero es creerlo y después ponerse a la tarea de demostrarlo. Latinoamérica comienza a despertar y tiene todo para crecer, si los mismos ciudadanos dejan de lado el lavado cerebral que se hizo carne en sus mentes.
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