viernes, 5 de septiembre de 2014

Dale dinero a los pobres...

No hace mucho tuve una conversación con un ciudadano argentino que se gana la vida como comerciante minorista y que está a favor de las subsidios a personas pobres, como por ejemplo el subsidio por hijos, un beneficio muy criticado en aquel país por la oposición al gobierno de Cristina Fernández y tildado de medida electoralista, pues "la gente de bien" no ve con buenos ojos que se ayude "a esa gente", (y debo aclarar que uso términos suaves, que no son los que se utilizan de modo corriente, para clasificar y denominar "a esa gente", para evitar el cierre del blog), este comerciante notó que el dinero recibido por la gente pobre redunda en consumo de forma inmediata.
-La necesidad de consumir es mucha- me dijo, y agregó:
-En esta sociedad nos sentimos bien si consumimos, nos sentimos menos pobres-.
Estas frases son un resumen claro de la idea y si nos ponemos a pensar es la clave de toda economía de mercado, dinero =consumo= todo lo que genera la necesidad de cubrir esa necesidad de consumo.
En muchos países se está haciendo exactamente al revés, se da dinero a los bancos que supuestamente lo necesitan y que no se comprometen a volcarlo en el mercado interno y si lo utilizan para sanear sus cuentas y moverlo en "timbas" de ingeniería financiera y no en la productividad del trabajo, se les niega el aumento a los jubilados, aun sabiendo que estos son el sostén de muchas familias, sin tener en cuenta que un jubilado no tiene mucho tiempo de futuro y que gastaría el dinero casi de inmediato. Las ayudas, subsidios, o jubilaciones, nunca son un gasto, siempre son una inyección de dinero en el consumo, además de cumplir con un deber de reconocimiento y/o solidaridad social, hacia las personas que aportaron durante muchos años y a las otras que no pueden hacerlo.
Se critica mucho a algunos gobiernos que están apostando por las "clases bajas" y vuelcan cada vez más recursos hacia ellas, y aunque sea una medida electoralista, igual, en ese caso, sería válida. Si fuera político yo también lo haría, pues desgraciadamente, hay demasiados pobres en nuestra sociedad y por suerte, tienen derecho a voto.

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