Neoliberalismo y fondos buitre
Cuando se agotaba el ciclo largo expansivo del capitalismo, se impuso el debate sobre las razones de ese agotamiento y las formas de retomar el desarrollo económico. Triunfó la renacida versión del liberalismo, vocalizada en particular por Ronald, quien dijo que habría que suspender los límites a la libre circulación del capital, habría que desreglamentar. El capital volvería a circular, habría inversiones, las economías volverían a crecer y todos ganarían.Se promovió la libre circulación del capital en escala global mediante la apertura de los mercados nacionales, la privatización de patrimonios públicos, la mercantilización de lo que antes eran derechos, la precarización de las relaciones de trabajo, la retracción del Estado y la centralidad del mercado. Pero lo que pasó fue distinto de lo previsto.
Es que, como recordaba siempre Marx, el capital no está hecho para producir, sino para acumular. Liberado de las trabas del período anterior, el capital se dirigió, masivamente, hacia la esfera financiera, donde gana más, tiene liquidez total y ejerce fuerte presión sobre los gobiernos. (Una agencia de apoyo a los especuladores, una vez concluyó sus sugerencias, diciendo, literalmente: “Aprovechen la fiesta, pero quédense cerca de la puerta”.) En escala mundial se dio una gigantesca transferencia de recursos del sector productivo al especulativo con el capital financiero asumiendo el rol de sector hegemónico en la era neoliberal del capitalismo.
El bajo crecimiento o el estancamiento o incluso la retracción de las economías se debe justamente al hecho de que el sector hegemónico en la economía es un sector parasitario, que no produce bienes, ni empleos. Es el capital financiero bajo su forma especulativa, que no financia el consumo, ni la investigación, ni tampoco la producción. Vive de la compra y venta de papeles.
Los fondos buitre son el ejemplo más radical de ese carácter parasitario del capital especulativo, típico de la era neoliberal. En ese caso, se han valido de la crisis de la deuda de los países latinoamericanos para imponer normas draconianas a gobiernos subalternos, parte fundamental de la herencia maldita recibida por los gobiernos antineoliberales. Préstamos a intereses brutales a cambio de renunciar a la soberanía nacional.
Así, aun los gobiernos que han reaccionado en contra del neoliberalismo, empezando a construir alternativas a ese modelo agotado, tienen que enfrentar todavía esa herencia. Para la derecha sería señal de fracaso de los gobiernos progresistas, cuando en realidad son todavía rezagos de los gobiernos de la misma derecha.
Los Brics han empezado a apuntar hacia la alternativa: un Banco de Desarrollo para el Sur del Mundo, un fondo de apoyo frente a problemas que puedan enfrentar los países del Sur del mundo. El conflicto actual con Argentina representa los estertores del modelo contra el cual fueron elegidos los gobiernos progresistas y frente al cual construyen un modelo posneoliberal.
#1 Comentario por ECECEC
No se trata de productividad que reduciendo costes aumente los bienes que llegan al mercado. Sino sobre la existencia de bienes, cambiar el precio del que obtener acumulación. Es decir del supuesto libre mercado, que ajusta el precio según la demanda y la subjetividad del deseo/necesidad, colocar el deseo de obtener valor (incremento de beneficios procurado por el precio) como leitmotiv de la existencia del mercado sin control alguno del sistema en que se produce.
Los fondos buitre no producen nada que no sea aprovechar la miseria de la gente mediantes su especialización para operar sobre la burocracia legal, previamente ajustada por los ejecutivos estatales a las demandas financiera (compra deuda imposible, a los amiguetes/comisionistas a precios regalados para realizarla desde la administración/justicia -como vivienda social del Ayuntamiento/CA de Madrid, que cambiada la propiedad, permite desahuciar al inquilino y/o cambiarle las condiciones. O los Bancos especuladores de alimentos con sus demandas de choque comprando cosechas, como las del trigo rojo, que en épocas de máxima producción elevaron el precio de 5 a 25 dólares la fanega, sembrando hambrunas entre los que se tienen que alimentar de estos productos agricolas. O los cinco grandes bancos que controlan el mercado del crudo, especulando hasta hacer que el 60% de su, según estudio del Congreso Norteamericano en la crisis, sea sobreprecio (80 millones de barriles diarios se producen hoy a un costo de alrededor de 100 dólares el barril de Brent).
Este proceso es en otra forma, también, el de la burbuja inmobiliaria y la deuda hipotecaria que todos conocemos, gestionada por el proceso de financiarización, gran colaboradora de la deuda, que según, los ana(listos) tiene como acusa:que todos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. ¡Vaya bastarda intelectualidad sembrando cizaña en los campos de trigo!.
Los mismo gobiernos que facilitan los cambios legales que dan espacio a los fondos buitre; a los y especuladores de materias primas y alimentos, que permiten el expolio del nuevo capitalismo-colonial-financiero, son los que introducen reformas laborales para bajar el precio de los salarios que facilite el transbase de renta del trabajo al capital.
La cosa esta clara, aunque un ejercito de mercenarios que viven del cuento –si el 1% de la población se apropia de 33% de la riqueza y no paga impuestos o paga pocos; el 19% a su servicio inmediato recoge el 50%, dejando para el 80% de la población lo que queda el 17%) está dedicado a crear falsa realidad . Aún queda un buen número de apoyos que responden a la pregunta spinociana que Reich redescubrió: “¿Porque combaten los hombres por su servidumbre como si se tratase de su salvación?”.
¡Ale-Hop!: Repasemos, mentalmente, el arsenal de comentaristas asalariados dedicados a tergiversar la verdad bajo la apariencia de la información. A sembrar incertidumbre sobre datos evidentes de modo que el campo de juego se convierta en un barrizal en el quesea imposible pasar el balón. Esa especie de vomitivos desinformadores de calumniosas insinuaciones preparadas que satisfagan el principio: calumnia que algo queda, son los más eficaces colaboradores de la pobredumbre de la dominación.