Ayer expuse en público un sueño que yo considero vital, para el mejoramiento de la vida del ser humano, nada más ni menos que una reforma agraria donde la tierra sea de quien la trabaja y en una medida que le permita vivir bien, pero que su modo de vida no aplaste el vivir bien a otras personas.
A veces me gusta soñar y como ya estoy de vuelta en la vida, me permito el lujo de soñar para otros, para los que vendrán, y no es que sueño esto porque ya estoy viejo, no señor, sueño porque el hombre sin un sueño es una máquina, una herramienta, un zoombi, un bien de uso social, un hombre sin un sueño es un animal de granja, ganado pastando acorralado en cuadriculas de metal que apenas le permiten moverse, mugir y defecar y ser inseminado por el veterinario, para que produzca nuevo ganado, un hombre sin un sueño no es nada, tal vez esté al nivel de una lechuga o de una calabaza.
Soñar es vital para dejar en claro que somos humanos.
Quien ya no tenga un sueño no es una persona, es un ente amorfo, una institución, una burocaracía rutinaria, un barco a la deriva. Quien no tenga un sueño...¿para qué vive?
Y por suerte a mi edad aún tengo sueños, lo que me confirma que aún tengo derecho a vivir y ocupar el espacio que ocupo, y a consumir unos kilos de oxigeno y darle salida a mi gases metanos con todo el placer conque lo hago. Un amigo se rió de mi sueño de ayer que resumí así: SUEÑO CON UN GOBIERNO LATINOAMERICANO QUE TENGA LA INTELIGENCIA Y LA VALENTÍA DE HACER UNA REFORMA AGRARIA.
No solo es mi sueño, sino que es un rezo para que se cumpla y les permita vivir a las próximas generaciones, no solo en latinoamérica, sino en el planeta, porque no es lógico, ni justo, y además es un atentado contra la humanidad que el 2% de la población del Paraguay sea la dueña de la tierra de este país, que utilizo como ejemplo, pero quien dice Paraguay, dice otros.
Pero lo que hoy puede parecer un sueño extravagante mañana puede ser realidad, y supongo que lo mismo habrá pensado Julio Verne o tantos otros, como se habrán burlado de Julio Verne, por aquellos tiempos cuando aún la gente se movía a la velocidad del caballo y los primeros automóviles que volaban endemoniados por las carreteras ¡a 30 Km por hora! y no quiero ni imaginarme el vacilón de los romanos, ¡madre cachondeo! a costa del soñador Espartacus...
Yo tengo ganas de soñar con una tierra divida en cuadriculas equivalentes y proporcionales para que cada familia pueda vivir de esa tierra, sin lujos, pero sin penurias...¡es más! puesto a soñar me gustaría imaginar una tierra sin delimitaciones ni fronteras, donde se viva y se comparta el bien común, pero se que esto es demasiado sueño por ahora, e incluso para soñar no hay que ser un soñador loco, sino racional, se que no estamos preparados para compartir, para ser solidarios, para dejar la propiedad privada, para que no haga falta exigir la colaboración y que a cada uno le nazca la necesidad el trabajo para confirmar el bien de todos. Es un poco mucho todavía.
A los soñadores le debemos el modo de vida que alcanzamos, que no es perfecto ni mucho menos, pero, es bueno que la tarea no este hecha, para que otros tengan el sueño de hacer algo mejor de lo que le dejaremos. Los sueños, grandes o pequeños, son la savia de la vida.
Siempre es mejor soñar que aceptar que los dominantes del mundo nos obliguen a tomar cada mañana, en ayunas, un pastilla para no soñar.
SI EL MUNDO EN EL QUE HOY VIVIMOS, FUÉ EL SUEÑO DE ALGUIEN UN TIEMPO ATRÁS, ESE ALGUIEN....¡¡SUFRIA PESADILLAS!!!.....O QUIZÁ DELIRABA POR LA FIEBRE.....
ResponderEliminarY NO ME REFIERO, PRECISAMENTE, A NUESTRA TECNOLOGIA ACTUAL....ME REFIERO A LO POLITICO......