"Arrejuntemosnos" de verdad.

No crea que no sé que en la vida no todo es blanco o negro, en realidad estás situaciones son minoritarias, mas bien hay un color intermedio donde la gran mayoría pasamos nuestra vida, y esa zona intermedia podríamos pintarla con un gris de muchos matices, en esa zona gris nos movemos y actuamos la mayoría de las veces, porque nadie es malo completo ni los santos son tan santos, y ahí andamos, a los tumbos y "arrejuntados" todos, misturados entre el bien y el mal, entre la ignorancia y la sabiduría, la queja hambrienta y la hinchazón de tragar comida como si fuera la última vez, y como la boca genera placeres muy tentadores, en todos los sentidos del placer del mismo momento que nacemos, también por ella podemos morir, como demostración que en esto tampoco vale el negro y el blanco y caemos en la cuenta que todo tiene una contestación "a lo gallego"...¡depende! y es así, depende, pero a la hora de la queja y la esperanza exigimos de nuestros políticos que busquen las soluciones exactas y correctas y los emplazamos a jugarse hacía la certeza radical, cuando ellos no son más que productos del gris, como cualquier hijo de vecino.
   Pero si deseamos progresar tenemos que exigir y criticar y volver a exigir.
   Entre los múltiples beneficios que produjo la unión europea, hay un beneficio pendiente que deben lograr y es nada más ni nada menos, que haya salarios iguales entre todos los países de la zona, que por supuesto requerirán un acuerdo de retenciones semejantes, por iguales servicios.
   No es lógico que un albañil de España gane menos que uno de Suiza, o un peón de campo del sur de Italia gane menos que uno de Holanda, esto evitaría muchas cosas como el turismo sanitario o las compras por internet a países de la misma moneda común y les daré un ejemplo muy sencillo que aclare la idea, si yo soy un español que gana 1000 euros y tengo que comprar cartuchos de tinta para una impresora, de cuatro unidades, en España me puede costar alrededor de 25 euros, si lo pido por internet a Alemania me envían 16 cartuchos por 20 euros, y les doy otro ejemplo de fácil comprobación, el pack que dan las empresas de comunicación por el servicio de teléfono fijo mas ADSL, en España no baja de 35 euros al mes, en Alemania, el mismo servicio cuesta 19,90 al mes.
   Con ejemplos nos podríamos pasar la tarde y hasta un par de días, buscando las diferencias, pero si se pudo establecer una moneda única y la libertad de movimiento sin permisos de ciudadanos tan diferentes, esto no sería nada imposible, solo tendrían que sentarse a igualar las condiciones y las normas para todos, si los servicios de la sanidad son iguales, nadie debería ir a buscar ofertas económicas a países vecinos, ni nadie tendría que emigrar, sino lo desea, para ganar más en otro país y fomentar así la riqueza de ese país en deterioro del suyo propio. La igualdad en TODOS los aspectos en una zona común, no solo sería una proclama de igualdad, sino que además sería solidaria y fomentaría el conjunto y el compromiso de los ciudadanos por una Europa unida de verdad...¿le parece una locura?, pues no lo es tanto si recordamos que apenas hace 70 años nos desangrábamos entre europeos en la segunda guerra.
   Por ahora estamos como esas parejas que son amantes tres veces a la semana de nueve a once y después cada uno se va a su casa, lo que no deja de ser una relación a medias tintas, un gris que nunca será otro color, o nos arrejuntamos de verdad, o esto no es otra cosa que un engaño, como el que se conformaba una amiga que decía, "yo soy feliz, tengo a un amigo para hablar de filosofía, otro para follar y el socio para lo del dinero", en el fondo estaba más sola que la hostia, como decimos en casa, pero se convencía de que lo tenía todo e incluso que era feliz.
   Esto no está pasando en la UE, somos socios pero Alemania es más, somos amigos, pero los fontaneros holandeses no se rebajarían a trabajar con precios griegos, yo vivo en España y compro los cartuchos en Alemania, porque cobro una jubilación española que es un tercio más baja que mi homólogo alemán, el gobierno de Italia le cobra el IBI a la iglesia católica, el español no. Esto es como en el amor, o uno se juega completo, a ganar o perder, o nunca lo vas a conocer de verdad y por ahora Europa sigue la política de mi amiga, tiene uno para hablar, otro para el dinero, otro para...y otro...y otro más y al final, está viviendo una vida a medias tintas. Creo que debemos jugarnos a todo o nada, a blanco o negro, porque el gris es una extraña mezcla de mediocridad.