Leo en la página Declaración Universal de los Derechos Humanos un llamado de atención que dice:
"La pobreza severa afecta a 3.000.000 de personas más (6,4 % de la población) en España, cifra que se ha duplicado desde 2007, donde los más afectados son los niños ........................................................"
Si un par de gobiernos malos logran hacer esto, ¿se imagina lo que harían cuarenta o cincuenta años de gobiernos semejantes? eso es lo que pasó en Latinoamérica, un gobierno tras otro gobernaron para un grupo social exclusivo creando riqueza para unos pocos y grandes masas de pobres, uno tras otro fueron aumentando la cifra de desplazados sociales y uno tras otro dejó de lado la dura tarea de invertir todos los esfuerzos en remediarlo. Lógicamente esto se paga y como siempre sucede lo sufre el mismo pueblo que convive con la gente pobre que se hicieron peligrosos, el mismo pueblo que aplaudía las políticas de derecha aprendió a tenerles miedo y odiarlos y como la violencia genera mas violencia ya no pueden vivir con esos pobres.
En Argentina no soportan a los "villeros" y se les culpa de todos los males, que en cierto modo son reales, pero ¿cabe esperar otra cosa?. En Brasil la gente de las favelas es más de lo mismo, en Caracas no se puede vivir y que hablar de Bogotá o Lima. Pero la misma gente del pueblo es la que genera la paralización de cualquier iniciativa de los pocos gobiernos que se animaron a ayudar a salir de esa miseria a millones de personas. Si un gobierno les da una suma de dinero de ayuda, el resto critica eso, si se le construyen casas, ponen el grito en cielo y se preguntan ¿porque a ellos? esa misma gente que sufre las consecuencias de la violencia nacida en la miseria de la marginación ¿sabrá que un ciudadano alemán pobre recibe muchas veces mas ayudas que un latinoaméricano? ¡y vaya ayudas!., aún hoy, con los recortes, por ejemplo, cualquier madre que tenga un hijo, desde ese momento recibe 250 euros todos los meses hasta que su hijo termine los estudios obligatorios...¡15 años!.
Al volver a España descubrí con admiración que cualquier persona mayor que no estuviera en condiciones de pagar el alquiler podía pedir una ayuda para ese fin, que cualquier niño pobre en Europa tiene garantizada su alimentación en la escuela. En España los servicios sociales de los Ayuntamientos cumplían (y aún lo hacen, aunque en menor medida), una función social inigualable que no permitían que la gente cayera en la pobreza, eran, como padres protectores para quien no podía o no sabía vivir bien, porque el dinero que cuesta ayudar es una inversión mucho más rentable que ahorrarlo y dejar crecer la miseria y el hacinamiento que genera todo tipo de desgracias y odios.
En el último viaje a Buenos Aires me encontré con las mismas opiniones de toda la vida...
"habría que matarlos a todos"..."son vagos y chorizos"..."los ayudan con la guita (dinero) de todos" "son unos negros...." y tantos otras descalificaciones que no voy a escribir para que no me cierren este blog, por racismo, como ya me pasó con el anterior. Y así siguen pasando los años, fomentando día a día el odio entre clases sociales, criticando las pocas iniciativas, aumentando la cantidad de desplazados que nacen en el odio y actual en consecuencia porque lo mamaron de pequeños o peor, ya lo llevan en los genes. Estoy seguro que de no cambiar nada, en el próximo viaje, volveré a escuchar que todo está mucho peor que en mi anterior visita.
Pero este viejo problema no solo no mejora sino que esta plantando sus raíces en países que lo habían superado, como la misma Alemania de la que doy buenos ejemplos unos renglones más arriba, pero que comienza a desarmar su sistema de bienestar, lentamente, pero lo hace, es que el neo-liberalismo se impuso también allá y su primera premisa que se resume en "sálvese quien pueda y el resto que se joda", ese sistema político que dio tan "buenos frutos" en latinoamérica se está imponiendo no solo en Alemania sino en toda Europa y comienzan a dejar de lado las políticas solidarias, los regímenes de reparto de las pensiones y enviando a futuros jubilados a la voracidad de las empresas de seguro y/o bancos. El triunfo del dinero está fabricando pobres constantemente. Sin darnos cuenta los ciudadanos nos hemos relajado y nos olvidamos que la ambición no descansa, que no había pasado de moda nunca eso de la lucha de clases, que no son los pobres nuestros enemigos, que los políticos que llegan al poder no piensan en la gente y trabajan para los poderosos, nos olvidamos que debemos luchar cada día para que no nos vuelvan al modo de vida vigente en el 1900 o mucho antes, no debemos creer ese cuento de que no hay dinero para sostener los sistema de bienestar, ¡dinero hay! y suficiente, solo que se lo llevan los siempre los ambiciosos centros del poder económico. El dinero de un país lo genera la gente "de la calle", los ciudadanos "de a pie" y a ellos debe volver.
Por ahora un par de malos gobiernos en España crearon un 6,4% de pobres más, ¡cuidado! no vaya a ser que terminemos cambiando el bienestar social de un sistema solidario por favelas o villas miserias con sus lamentables resultados.
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