¿Cataluña será la Crimea del mañana.?

   Hace unos días un amigo lector me dijo "tengo que ir a Barcelona a hacer negocios... y ya sabes como se las gastan los catalanes en asuntos de dinero", claro que esto lo dijo por el hecho de que le tocaba ir a negociar con ellos, no porque sea una exclusividad, los catalanes como cualquier otro pueblo del Mediterraneo y traen en sus genes una experiencia de siglos en el arte de comerciar. A los catalanes se les endilgó esa virtud o defecto con frases celebres como "primero la cartera y luego la bandera", pero no son ni mejores ni peores que otros pueblos. Personalmente me fue muy bien con ellos, y aunque mi relación no es mucha con gente de ese pueblo y ni siquiera conozco Barcelona, un pecado que pienso purificar muy pronto, debo agradecerle a ellos, o al menos a una empresa, una parte de mi bienestar, a ellos y a internet y por no pecar de modesto, también a mi inteligencia intuitiva al jugarme los churumbeles comprando acciones de GRIFOLS en el 2009 y vendiéndolas cuatro años después, y como yo no escapo a la fascinación del dinero, solo puedo estar agradecido a esa empresa catalana. Pero los catalanes no son solo "pícaros" al momento de comerciar, también lo son al momento de hacer política, Artur Mas y sus socios no tienen un pelo de tontos y manejan como pocos aquello de "el que no llora no mama" y además hacen acopio de dos carteras de "acciones a corto plazo y a largo", a corto porque enarbolan banderas nacionalistas y mientras tanto van entreniendo y distrayendo el malestar popular y sacando tajadas una y otra vez a los gobiernos de la España recia y castiza, y a largo plazo porque siguen creando una mentalidad de independencia que sigue creciendo "por si hace falta" en el futuro, pues ya se verá donde termina esto de la Europa unida y nunca se puede descartar que haya otras "Crimeas". Por lo que la cuenta es clara, primero la cartera pero sin descartar la bandera. Por ahora lo de la independencia les ayuda a los políticos y sin "pelar la cartera", un modo muy hábil de invertir, quien le dice que en un mañana no tan lejano, les reporte mucho dinero a los grupos de poder de la vieja Cataluña.