Eso de que vemos "la paja en ojo ajeno y no vemos una viga en el propio" es gran verdad, de las que duelen si nos tomaríamos el trabajo de ser sinceros y vernos en el espejo, una tarea que no realizamos tal vez porque nos asustariamos de nosotros mismos y entonces nos mentimos y acomodamos nuestra vida a otras mentiras sociales que nos cuadren. Y como yo no escapo a esta falencia, les contaré simples ejemplos de la vida cotidiana sin hacer nombres, pues se trata de los que se suponen son mis seres queridos, amigos, o conocidos que debo mantener para no quedar en una miserable soledad, porque decir verdades nos eleva, pero lo pagamos caro en esta sociedad donde la hipocresía la traemos en los genes y sino viene con nosotros la asimilamos tanto que los transformamos, porque no se si usted sabe que el cerebro crea, moldea y transforma nuestra genética de fábrica.
El primer ejemplo trata de un hombre creado en los clásicos valores de la sociedad argentina, la "buena". Este hombre es el fruto de educación correcta y a su modo cumplió con el "sueño americano", se educó en escuelas de raíz católica, fue un hijo ejemplar, y hoy todo indica que es un marido y padre ejemplar, "no se le conocen pecados" por resumir su descripción, pero...siempre hay un pero, este señor utiliza su título universitario (no podía faltar el título) para que su clientela "elimine impuestos" que se supone que en una sociedad son vitales para fomentar las políticas sociales.¿y como se justifica? muy fácil, diciendo por ejemplo que los Kichner son unos ladrones y se roban todo, pero ya antes de Néstor y Cristina, el se ganaba la vida de la misma manera, sin embargo se siente un gran argentino aunque compre dólares a granel sabiendo que eso daña el peso argentino, esto lo hace ahora y lo hacia antes, solo que la diferencia es que hoy, se escuda en el mal gobierno de los Kichner y antes decía que "todos los políticos son iguales", el pretexto se acomoda, como las cargas en el camino. No hace mucho un XX dijo ¿que se puede esperar si Maduro fue chofer de autobuses? incluso los medios lo utilizaron mucho para devaluar al actual presidente de Venezuela, sin embargo se ocultó de manera deliberada que unos de los líderes de la "liberación anti comunista" de Ucrania era un boxeador de peso pesado. La vara de medir se acomoda otra vez a la medida de nuestras necesidades, en este caso al mensaje político. Otro ejemplo son las grandes barriadas pobres que se multiplican en muchos países alrededor de las grandes ciudades. En Argentina, se utilizan calificaciones como "esos no trabajan" "son unos vagos", todo con una calificativo final que aqui no puedo escribir para que no me cierren el blog. Estas degradaciones y desprecios tanto por parte de algunos ciudadanos como por los políticos que sacan provecho a las diferencias sociales y que nunca se ocuparon de esos "mierdas" a los que culpabilizan a placer de las desgracias como la inseguridad que producen, y que tal vez, se hubiesen podido evitar con una dedicación y planes eficaces y continuados, si tuviesen ganas de hacerlo, claro, y todos los ciudadanos "ejemplares" como los del ejemplo argentino, "pagaran sus impuestos correctamente". Otro caso muy llamativo me lo comentó mi amigo Luis "en Argentina todos se quejan, pero nadie paga un poco más en la factura de luz, para compensar la pérdida de la subvención que pone el gobierno para que la luz sea tan barata, Cristina es una mierda... pero cuando les conviene no dicen nada" Mi amigo sin quererlo ha hecho ¡todo un estudio sobre la hipocresía!
Esto que yo escribo como un pasatiempo dominical, lo podríamos extrapolar a infinidad de casos, pero no lo haré, es bueno que si a alguien le interesa "ponga lo suyo" y se tome el trabajo de pensar y agregar aunque sea en su mente otros ejemplos de hipocresía, un gen que sino lo traemos, lo creamos, pero que sigue lastrando el avance de la humanidad. Pero no los culpo, tranquilos, yo también soy víctima de ese defecto, yo y usted y aquel otro, lo hacemos a diario y en cosas aparentemente sencillas, como decir por ejemplo: "nunca podría amar a otra/o" o decir que esa ropa te queda muy bien, cuando pensamos lo contrario, aunque dos ejemplos se pueden confundir con la política, que en una de sus acepciones la describe como "el arte de decir o prometer lo que otros esperan". Es tan complicada esta tarea de eliminar la hipocresía de nuestras vidas, que tal vez por eso nos convertimos en acomodados obtusos que no quieren ver otras realidades, ni nos queremos plantear que tal vez nuestro punto de vista no sea cierto, que una persona o gobierno es bueno si nos conviene, que nuestra religión es buena y las otras son "dogmas que drogan a sus seguidores" tal vez por eso no vemos bien que un presidente use camisas multicolores, ni los árabes usen sus ropas, aunque sufran temperaturas de cincuenta grados, ni que los presidentes también pueden ser ex-choferes, aunque puedan tener un alto grado, o no, de sentido común. Siempre se verá mejor a un Obama con trajes y corbatas de "alta gama" que a un hombre del pueblo como Mujica que va en sandalias a una toma de posesión de un ministro que el mismo designó, sin importarnos que uno intente manejar el mundo y el otro solo mejorar la vida de su país. Creo que tenemos los cables cambiados, pero tranquilos, ni los culpo ni me culpo, somos la creación de muchos miles de años de una cultura que nació de la ilustración de unos pocos y de masas embrutecidas que solo servían para trabajar y obedecer, y ahora, también, para consumir.
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