sábado, 29 de marzo de 2014

LA VIDA ES...¡ A TODO O NADA!.

   En la vida de cualquier ser humano habrá un tiempo de desolación, inseguridad y desconcierto, los que ya hemos vivido unos cuantos años lo podemos corroborar. Y si alguien cree que ese momento no llegará a su vida, cuidado, ya esta a punto de poner el pie y pisar la trampa. Normalmente nadie escapa a este vaivén, es parte de este juego. La vida del hombre se podría graficar con el dibujo clásico del electro -cardiograma, lo que lógico además, si tenemos en cuenta que es necesario conocer el frío para valorizar el calor. Es los momentos de declinación cuando los seres humanos podemos obtener grandes enseñanzas que aprovecharemos después para emprender la subida y mantenernos estables en ella, es en esas etapas de la vida cuando descubrimos quien está a nuestro lado, quien lo aparenta y quien se juega un poco por uno, pero sin arriesgar demasiado y también de donde menos se espera aparece un ser humano que apuesta ¡todo a favor! de nosotros. Sin embargo incluso en las malas épocas hay que estar atentos a los que nos brindan en apariencia una ayuda, pues a veces la soga que nos tiran para salvarnos de la fuerza de la corriente que nos amenaza con llevarnos hacia la caida de la catarata, no es otra cosa que un lazo para atraparnos y después ahorcarnos poco a poco. Hace muchos años, estando en Venezuela un empresario que yo creí amigo me tendió una mano en forma de cheque y yo en mi desesperación lo acepté sin pensar, era para aquellos años un joven inexperto y a no ser porque apareció en mi vida un sano consejo de un viejo, al que ni siquiera conocía, que me mostró que detrás de la bondad y la ayuda se escondía una esclavitud programada para mi, hubiese caído en la trampa. También suele suceder en el amor, a veces aparece una persona que se muestra enamorada e ilusionada, que en principio valorizamos, pero que al primer inconveniente, fallo o desilusión se borra de nuestras vidas e incluso hace todo lo posible para negar esos momentos vividos en común. Pero la vida no es así, por mucho que intenten enseñarnos a apostar sobre seguro y calcular los réditos a corto, mediano o largo plazo, la vida no se deja llevar por la mediocridad, es extremista a tiempo completo y nos determina el destino a solo dos opciones, ganar o perder, ser feliz o infeliz, para la vida no hay términos medios, o estas vivo o vives como muerto o a lo sumo puedes aspirar a pasar muchos años agonizando aunque puedas decirte y convencerte que estás bien, que eres medianamente feliz, para todo hay un pretexto y con ello se suelen cubrir todo tipo de fallos y apetencias suspendidas. Apostar siempre es poner una ilusión a futuro y ya sabemos que este es impredecible.
Hoy, quizás mucho mas que en tiempos pasados, la gente no se juega, la educación mediocre, las pólizas de seguro para todo tipo de temores, la dependencia de valores tan vanos como el bienestar económico, o la valorización social, convirtieron a muchas personas en "gente para durar y pocas para vivir". Se puede apostar de muchas maneras, mas o menos arriesgadas en cualquier orden de la vida, pero sigue mi consejo, en el amor apuesta el corazón "a pleno".

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