jueves, 17 de julio de 2014

Goliat abusa de David.

Ante la mirada cómplice del mundo, uno de los ejércitos mejor equipados prosigue con el lento y calculado genocidio del pueblo de Gaza. Una vez más la realidad desmiente a la reconfortante historia bíblica donde David vence a Goliat.
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Israel inicia la ofensiva terrestre en la Franja de Gaza

Netanyahu ordena la operación con el objetivo de los túneles que van hacia Israel

Funerales de palestinos en la Franja de Gaza. / Reuters Live!
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha dado orden este jueves al Ejército de comenzar la ofensiva terrestre sobre la Franja de Gaza, según un comunicado oficial citado por la agencia Reuters. "Netanyahu y el ministro de Defensa han ordenado a las fuerzas de seguridad comenzar una operación terrestre que tendrá como objetivo los túneles que van desde la Franja hacia Israel", añade el comunicado.
Israel tiene desde hace días miles de soldados preparados en torno a la Franja, tras haber movilizado a varias decenas de miles de reservistas. Esta es la tercera ofensiva militar contra la Franja desde las navidades de 2008-2009, cuando la invasión terrestre terminó con más de mil palestinos y 13 israelíes muertos. La última operación, en noviembre de 2012, fue desde el aire y mar pero no por tierra. Murieron casi 170 palestinos y seis israelíes.
"Queremos atacar la infraestructura terrorista de Hamás en múltiples áreas alrededor de la Franja", ha declarado el portavoz del Ejército israelí Peter Lerner a los periodistas.
Las cinco horas de alto el fuego humanitario entre el Ejército israelí y las milicias palestinas de Gaza concluyeron a las tres de la tarde del jueves con el elocuente y sonoro lanzamiento de un cohete palestino hacia Israel. Poco después empezaron los cañonazos navales sobre la franja, que suenan como un eco inverso: a lo lejos, la detonación del disparo, al que sigue poco después la explosión del proyectil en tierra firme. Los bombardeos israelíes sobre la franja de Gaza habían matado a más de 230 palestinos hasta anoche. Por la tarde, uno de los cohetes “de aviso” que la fuerza aérea israelí dispara antes de bombardear las casas particulares de los gazatíes mató a tres hermanos que jugaban en la azotea: Wesim (6 años), Yihad (7 años) y Fullah Sheheibar (10 años). Otra niña murió bajo las bombas al sur, en Jan Yunis.
En Israel impactaron de nuevo cohetes y morteros, que no causaron fallecidos. En diez días de hostilidades ha muerto un israelí por fuego palestino.
En paralelo a los ataques, Israel y Hamás negociaban en El Cairo a través de intermediarios.
La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) denunció el uso de una de sus escuelas para almacenar 20 cohetes. Un portavoz de la ONU dijo que el colegio estaba “fuera de uso” y que es “el primer incidente de este tipo” durante esta operación militar. “UNRWA condena duramente al grupo o los grupos responsables de colocar las armas en una de sus instalaciones. Es una violación flagrante de la inviolabilidad de nuestras instalaciones según la ley internacional”, dijo en una nota de la agencia que educa y alimenta a buena parte de los gazatíes.
La franja palestina pareció un lugar casi habitable entre las diez de la mañana y las tres de la tarde, cuando vecinos como los niños Mahmud y Qasi se echaron a la calle para cumplir con sus obligaciones tras diez días de implacables bombardeos israelíes. A las riendas del carro de mulas de su padre, los chicos se dirigieron a entregar un cargamento de verduras en el mercado. Su padre quería aprovechar la tregua para trabajar en la huerta, al norte de la franja. Alrededor de los chicos, un intenso tráfico de coches certificaba lo que parecía la resurrección de la ciudad. Solo duró cinco horas. A su término, los niños palestinos muertos por las bombas de Israel alcanzaban los 45.
Desde El Cairo llegaban, mientras tanto, noticias de sobre las correosas negociaciones de paz entre Israel y el grupo islamista Hamás. A mediodía, un negociador israelí filtró a diversos medios la existencia de un presunto acuerdo de alto el fuego a partir de la madrugada del viernes. No lo había. El ministro de Exteriores de Israel, el ultraderechista Avigdor Lieberman, lleva insistiendo en la necesidad de una invasión terrestre a Gaza desde que comenzaron las hostilidades el día 8. Su colega de Economía y competidor a la derecha de la derecha israelí, Naftalí Bennet, echó mano de las dotes retóricas que lo hacen popular en su país: “Estamos pasando de la Cúpula de Hierro al puño de hierro”. Cúpula de Hierro es el nombre del costoso sistema antiaéreo desplegado para proteger a la ciudadanía de los rudimentarios cohetes que les disparan los milicianos de Hamás y otros grupos armados desde Gaza. “Venceremos”, dijo Bennet en la ciudad sureña de Ashkelon, cerca de Gaza.

 
 

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