Este tema que no tiene seguimiento en los medios españoles es muy importante para el futuro de los países con deudas que fueron generadas o impulsadas desde el exterior, como en el caso actual de Ucrania, que tampoco se explica con claridad, por ejemplo que la revolución fue financiada por grandes multinacionales y por la UE, que tienen futuros intereses en ese país, (que ya se firmaron en un tratado de "libre comercio"). Ucrania ya recibió créditos por valor de 1800 millones de dólares de parte del FMI y que lógicamente pagará el pueblo ucraniano con recortes de su nivel de vida. Los buitres no atacan solo a Argentina, es su sistema de negocios y ganancias y se aprovechan donde encuentren posibilidades o donde puedan generarlas. Si Argentina vence en esta batalla contra los fondos especulativos mundiales, sentaría un importante precedente donde los países deudores podrían apoyar sus demandas.
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La OEA apoyó a Argentina, pero sin el aval de los Estados Unidos
La deuda externa El organismo escuchó discursos de Kicillof y Timerman. Y luego emitió una declaración en la que pidió “un acuerdo justo, equitativo y legal”. Pero la delegada de Obama no se sumó porque, dijo, el tema ya está en la Justicia de su país.
Mano dura. Axel Kicillof habló ayer ante la OEA y acusó de “extorsionadores” a los fondos que hicieron juicio contra Argentina. Un rato antes habló el canciller Timerman. / ADRIANA GROISMAN
En un tono dramático, ante cancilleres y representantes de la Organización de Estados Americanos reunidos en Washington, el ministro de Economía Axel Kicillof advirtió ayer a los organismos internacionales que la Argentina “precisa soluciones urgentes” para resolver su crucial batalla legal con los fondos buitres. Horas después, la OEA emitió una declaración con un firme respaldo a nuestro país “para que pueda seguir pagando sus obligaciones”, como quiere el gobierno argentino.
Pero Estados Unidos y Canadá rechazaron la iniciativa.
En el imponente salón de las Américas del edificio del organismo en esta capital, Kicillof expuso la situación de la reestructuración de la deuda argentina y su impacto global en la reunión de cancilleres de la región sobre el tema, convocada con carácter “urgente”el lunes. Calificó como una “situación desquiciada para el sistema financiero internacional” las consecuencias del fallo de la justicia estadounidense y dijo que la Argentina irá el lunes a negociar con el delegado del juez Thomas Griesa, Daniel Pollack, como estaba previsto, pero que no negociarán “en condiciones de extorsión”. Según dijo luego a Clarín, todavía no está definido quién vendrá a Nueva York, por lo que no descartó su presencia.
El ministro sigue así la estrategia argentina de intentar por la vía diplomática el apoyo que no encontró en la justicia estadounidense. Ayer consiguió el aval de la OEA, antes había logrado en respaldo del Grupo de 77 países más China ante las Naciones Unidas, CELAC, Unasur y Mercosur. En realidad, lo que digan los organismos internacionales es técnicamente irrelevante para las negociaciones, pero no para la Argentina porque, como explicó aquí el ministro Kicillof, nuestro país lo considera como un tema global y “político”.
El ministro dijo que el fallo de Griesa es un problema que no es “solo financiero, ni judicial ni de jurisdicción, sino del mundo entero y muestra una falla en el sistema de financiamiento de los países”. Kicillof dijo que nuestro país precisa “soluciones urgentes, no apenas pronunciamientos” para resolver su batalla legal con fondos especulativos y evitar un nuevo default. “Necesitamos que los organismos internacionales actúen”, dijo.
Antes de comenzar la reunión, representantes de las delegaciones analizaron a puertas cerradas un documento que había sido presentado por Uruguay y Brasil. Según pudo saber Clarín, hubo desde el principio consenso general, aunque los países del caribe plantearon ciertas objeciones más bien de forma. La representante de los Estados Unidos, Roberta Jacobson, no estuvo presente en esas deliberaciones previas.
Después de que habló Kicillof, más de una docena de ministros expusieron por no más de 6 minutos para apoyar el reclamo argentino. El respaldo por aclamación no fue unánime por las abstenciones de Estados Unidos y Canadá.
Roberta Jacobson, justificó su voto en que se estaba considerando “un asunto que está tratando nuestro sistema judicial, que es una rama independiente del gobierno”,señaló. “Incluiremos una nota a pie de página diciendo que no podemos apoyar la declaración e indicando que el tema sigue siendo un asunto judicial en Estados Unidos”. Sin nombrarlos, el canciller Héctor Timerman lamentó “que no adhirieran dos países” y l anzó unos dardos: dijo que en las negociaciones “no vamos a estar solos, vamos a estar acompañados por las caras, los fantasmas y todas las victimas de los fondos buitres y los países que los protegen”.
Pero Estados Unidos y Canadá rechazaron la iniciativa.
En el imponente salón de las Américas del edificio del organismo en esta capital, Kicillof expuso la situación de la reestructuración de la deuda argentina y su impacto global en la reunión de cancilleres de la región sobre el tema, convocada con carácter “urgente”el lunes. Calificó como una “situación desquiciada para el sistema financiero internacional” las consecuencias del fallo de la justicia estadounidense y dijo que la Argentina irá el lunes a negociar con el delegado del juez Thomas Griesa, Daniel Pollack, como estaba previsto, pero que no negociarán “en condiciones de extorsión”. Según dijo luego a Clarín, todavía no está definido quién vendrá a Nueva York, por lo que no descartó su presencia.
El ministro sigue así la estrategia argentina de intentar por la vía diplomática el apoyo que no encontró en la justicia estadounidense. Ayer consiguió el aval de la OEA, antes había logrado en respaldo del Grupo de 77 países más China ante las Naciones Unidas, CELAC, Unasur y Mercosur. En realidad, lo que digan los organismos internacionales es técnicamente irrelevante para las negociaciones, pero no para la Argentina porque, como explicó aquí el ministro Kicillof, nuestro país lo considera como un tema global y “político”.
El ministro dijo que el fallo de Griesa es un problema que no es “solo financiero, ni judicial ni de jurisdicción, sino del mundo entero y muestra una falla en el sistema de financiamiento de los países”. Kicillof dijo que nuestro país precisa “soluciones urgentes, no apenas pronunciamientos” para resolver su batalla legal con fondos especulativos y evitar un nuevo default. “Necesitamos que los organismos internacionales actúen”, dijo.
Antes de comenzar la reunión, representantes de las delegaciones analizaron a puertas cerradas un documento que había sido presentado por Uruguay y Brasil. Según pudo saber Clarín, hubo desde el principio consenso general, aunque los países del caribe plantearon ciertas objeciones más bien de forma. La representante de los Estados Unidos, Roberta Jacobson, no estuvo presente en esas deliberaciones previas.
Después de que habló Kicillof, más de una docena de ministros expusieron por no más de 6 minutos para apoyar el reclamo argentino. El respaldo por aclamación no fue unánime por las abstenciones de Estados Unidos y Canadá.
Roberta Jacobson, justificó su voto en que se estaba considerando “un asunto que está tratando nuestro sistema judicial, que es una rama independiente del gobierno”,señaló. “Incluiremos una nota a pie de página diciendo que no podemos apoyar la declaración e indicando que el tema sigue siendo un asunto judicial en Estados Unidos”. Sin nombrarlos, el canciller Héctor Timerman lamentó “que no adhirieran dos países” y l anzó unos dardos: dijo que en las negociaciones “no vamos a estar solos, vamos a estar acompañados por las caras, los fantasmas y todas las victimas de los fondos buitres y los países que los protegen”.
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