Un oficial de la Guardia Fronteriza de Bangladesh (BGB) ha declarado a la agencia de noticias china Xinhua que “se ha desplegado a los paramilitares en distintos puntos estratégicos de la zona industrial de Gazipur, en el extrarradio de la capital, para impedir incidentes”. Gazipur alberga un centenar de fábricas textiles destinadas sobre todo a las grandes cadenas industriales de distribución.
Alrededor de 70 personas, entre trabajadores y agentes de Policía, resultaron heridas el jueves por los enfrentamientos en las zonas industriales de Narayanganj, Gazipur y Savar, en Dacca. Al igual que en días anteriores, miles de trabajadores tomaron este viernes las calles. Cerca de una decena de fábricas se han visto obligadas a suspender sus actividades a causa de las masivas protestas.
Las movilizaciones comenzaron el pasado sábado, cuando la federación de sindicatos del textil convocó una manifestación masiva –en la que participaron cerca de 50.000 trabajadores– para reclamar un aumento del salario mínimo hasta los 8.000 takas (cerca de 75 euros) y mejoras en las condiciones de trabajo.
La última actualización del salario mínimo para los 2,5 millones de trabajadores del textil se produjo en julio de 2010, cuando el Gobierno lo fijó en 3.000 takas. Los empresarios se han negado a aceptar las nuevas reivindicaciones de los trabajadores y no se mueven de su oferta de 3.600 takas.
El sector textil
Aparte, el sector está particularmente sensibilizado por las malas condiciones de trabajo desde el pasado 24 de abril, cuando al menos 1.130 personas perdieron la vida a causa del hundimiento del Rana Plaza, un edificio que albergaba cinco fábricas del textil en Savar, en Dacca. Los trabajadores habían sido obligados a permanecer en el inmueble a pesar de que había un evidente riesgo de derrumbamiento.
Aquel accidente puso en el punto de vista internacional al sector del textil de Bangladesh, el segundo mayor mundial exportador de ropa después de China. Los bajos costes de mano de obra y la inseguridad laboral hacen que Bangladesh, un país con 160 millones de habitantes, sea el lugar más barato para producir grandes cantidades de ropa, de las cuales el 60 por ciento tiene como destino Europa, y un 23 por ciento Estados Unidos.
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Hay muchas personas que creen que esto sucede allá lejos, en países pobres que están muy atrasados en cuestión de derechos laborales y sociales, sin embargo no ven que aquí en Europa estamos yendo, lento pero sin pausa a una esclavitud semejante. En Inglaterra ya es cada vez más común que te contraten con un "cero horas", un contrato donde el trabajador debe estar pendiente de que la empresa lo llame para cumplir un trabajo de unas horas, diarias, semanales o mensuales, todo dependiendo de la necesidad de la empresa. El trabajador no tiene ninguna garantía de trabajo, ni sabe si en ese mes se lo llamará, ni cuantas horas podrá trabajar, pero el colmo es que tampoco puede estar apuntado a otra empresa lo que le crea una total dependencia y la lógica tortura de esperar una llamada que le permita trabajar unas horas...¿no lo sabía?...¡pues entérese! este cruel sistema muy favorable para las empresas y que le sirve al gobierno para contabilizar como "personas con trabajo", pero trabajo también tenían los esclavos en la antigüedad, lo importante es que tipo de trabajo se tiene. Hay que ser muy idiota o estar muy desesperado para aceptar esto, pero el empleado-obrero, que defienda el sistema y apueste por el capitalismo y el libre comercio y la flexibilidad laboral y la competitividad y la globalización y otros cuentos que nos cuentan, pues la respuesta es solo uno ¡te jodes!
Aqui tienes, Abuelo, luego de esa charla sobre la existencia de DIOS..
ResponderEliminar¡¡Para que veas que NO ES NADA PERSONAL CONTIGO!!....
Mira qué linda nota leí, "webeando".........
Casos como el de Rodrigo Rato demuestran que la crisis no es igual para todos
Rodrigo Rato llevó a la ruina a Bankia y ahí le tienen: sin haber perdido un duro de sus emolumentos en el banco nacionalizado, al igual que antes le ocurrió en el FMI. Es más: acaba de estrenar nuevo puesto como consejero bien retribuido en el Santander de Emilio Botín sin dejar por ello de ser asesor bien pagado en la Telefónica de César Alierta.
José Luis Olivas llegó a Bancaja —y luego a Bankia— con una mano delante y otra detrás con el oscuro mérito de haber presidido interinamente la Comunidad Valenciana. Tras lograr destruir la entidad financiera, ahora es un millonario con sustanciosos consejos de Administración obtenidos, obviamente, gracias a su impericia profesional.
Dichosos sean los tipos como ellos. Estos dos no son más que modestos ejemplos de quienes han dilapidado miles de millones, obligado al Estado español a endeudarse con la Unión Europea, y arruinado a decenas de miles de pequeños ahorradores que no han tenido culpa de nada.
Se ve, pues, que la crisis no es igual para todos. Sin quererlo, lo acaba de resumir Mariano Rajoy: “España ha salido de la recesión, pero no de la crisis”, ha dicho. O sea, que podemos estar contentos de que el PIB crezca, por ejemplo, un 1%, aunque sea al coste de que siga en el paro el 25% de la población. Es decir, que una vez más ese crecimiento no llega al conjunto de los ciudadanos.
Ante la estólida impavidez de nuestra clase dirigente —no sólo de los políticos, por supuesto—, habría que instaurar unas normas bien simples: ampliar los delitos societarios a quienes malversan dinero ajeno; limitar los sueldos de los altos directivos empresariales; inhabilitar para ciertos cargos a quienes hayan mostrado su ineptitud para ellos; obligar a devolver lo perdido por terceros a causa de los enjuagues de unos pocos… y media docena de disposiciones más.
Así resultaría más improbable la siguiente crisis y, sin que se acelerase suficientemente la salida de ésta, al menos estarían más repartidas sus consecuencias y no se beneficiarían de ella los mismos de siempre.
¡no pasa nada!...Españistan da para todo. gracias.
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