Alberto Fabra cuenta con 16 asesores, dos secretarias, tres chóferes, un cocinero…
El gabinete del presidente de la Generalitat valenciana, Alberto Fabra, dispone de un total de 32 trabajadores, de los que 16 son asesores y tres son conductores. Además, dispone de una secretaria adjunta y otra particular, todos ellos de libre nombramiento.
Así consta en la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) de la Administración de la Generalitat, que se ha publicado este martes en el Diari Oficial de la Comunitat Valenciana (DOCV). El ella se incluyen, por primera vez, la totalidad de los puestos de trabajo desde la publicación de la Ley de la Generalitat de Ordenación y Gestión de la Función Pública Valenciana.
La extensión de este documento, de cerca de 950 páginas, ha retrasado la publicación del DOCV para consulta en internet hasta la tarde, dada la extensión del mismo, según han explicado fuentes de Presidencia.
Esta resolución recoge las relaciones de puestos de trabajo de la Presidencia de la Generalitat y de las consellerias en las que se organiza la administración de la Generalitat que, “con el objetivo de llevar a cabo una adecuada planificación de las necesidades de recursos humanos y facilitar la ejecución de los procesos de selección y provisión de puestos de trabajo, se hace imprescindible la actualización y publicación de estas relaciones”.
21 periodistas funcionarios
Además del gabinete de Fabra, Presidencia de la Generalitat dispone de más de un centenar de puestos de trabajo, entre los que cuenta con 21 plazas de periodistas funcionarios repartidos por todo el Gobierno -a los que hay que sumar los periodistas asesores de cada consejería-, así como un fotógrafo y dos operadores de cámara, un publicista, y un jefe de equipo de correspondencia y agenda, un técnico de apoyo de gestión presupuestaria, un especialista de protocolo y administrativos, cuya provisión se realiza mediante concurso.
Igualmente, en la relación de puestos, se incluyen varios responsables de análisis de políticas públicas, documentación y estudios económicos; también técnicos de análisis estadísticos y documentales, y de relaciones con la Unión Europea, así como auxiliares de gestión.
Además, dispone de una plaza denominada ‘Mestre-sala’, cuya provisión se hace mediante concurso y es el encargado del comedor y la cocina del Palau de la Generalitat. Así, entre sus funciones están la adquisición de existencias para la despensa y bodega, la preparación y dirección de las comidas y cenas oficiales que se ofrecen fuera del Palau; la realización personal del servicio de sala en almuerzos o cenas de pocos comensales; así como el control y mantenimiento del instrumental, vajilla, cristalería, cubertería y ropa de mesa del Palau.
Europa Press
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“Esta España es la consecuencia de una transición fallida”
Por Bárbara Alvarez Plá
18/09/13
Desde niña, tiene la cocina entre sus grandes pasiones y por eso, cuando viene a Buenos Aires, que le gusta, dice, “porque es una ciudad que no se acaba nunca”, disfruta probando las “adaptaciones” locales de la comida italiana. Pero “sin duda”, afirma, “si viviera acá, tendría una parrilla y haría asado”. Así nos recibe la escritora española Almudena Grandes, en la habitación del hotel donde se alojará durante su estancia en la ciudad, a la que ha venido para promocionar su nueva novela, El lector de Julio Verne, la segunda de una serie de seis, que lleva por título Episodios de una guerra interminable, y que, siguiendo el modelo de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, cuenta 25 años de historia de la posguerra española (de 1939 a 1964), “desde el punto de vista de los que dijeron no”. Porque, la historia oficial cuenta que la guerra terminó en el 39, pero en los montes españoles siguió durante algunos años más.
El lector de Julio Verne cuenta los hechos desde la mirada de Nino, un niño de nueve años, hijo de un guardia civil (la guardia franquista), que tiene claro que no quiere el trabajo de su padre, y que entra en contacto con una leyenda que corre en su pueblo, la del guerrillero “Cencerro”. Eso, y el descubrimiento de las novelas de aventuras, en especial las de Julio Verne, cambia su percepción. “Los niños son narradores especiales”, explica Almudena, “porque aún no han aprendido a contarse las cosas como les conviene”.
–¿Por qué elegiste ese período?
– Porque fue el más duro de la posguerra, la resistencia fue muy activa, y quería contarlo desde su punto de vista. Quise dar la visión de la izquierda de lo que los franquistas llamaron “los 25 años de paz”. Con la serie, trato de explicar de dónde viene esta España que tenemos, que es la consecuencia de una dictadura y de una transición fallida. Me dirijo al lector contemporáneo y le digo: “Esta gente hizo estas cosas por ti, siguieron luchando para que fueras libre”. España nunca reconoció ese sacrificio y yo quería darles las gracias.
–Muchos de esos hechos se silenciaron, ¿cómo fue el proceso de investigación?
–Comencé con anécdotas leídas en libros y siempre que pude, hablé con personas que lo vivieron. En El lector..., la historia del hijo de un guardia civil que no servía para serlo porque era bajito y lo ponen a aprender a escribir a máquina, era la de un amigo mío. Él me habló de Cencerro. Con el anterior, Inés y la alegría, que cuenta la historia del Valle de Arán, invadido por 4.000 republicanos en 1944 en un intento de recuperar España, conocía a alguien que había estado ahí.
–El silencio fue la gran herramienta de la dictadura
–Sí, y la transición se basó en eso. En el 75 la consigna era “no removamos las aguas”. Franco repitió durante 40 años que las democracias eran inestables, y aquí quisieron hacerla tan estable que es hermética. Por no volver a 1931 y a la República, volvimos al siglo XIX y a la Restauración Borbónica. Ahora, la crisis va más allá de lo económico, es institucional, política y moral, y pone en evidencia la fragilidad de una democracia que no sirve.
–¿Y qué hacemos?
–Refundar la democracia, ser valientes y cambiar la ley electoral, la ley de transparencia, pero primero hay que barrer esa casa sucia que es el país.
–¿La literatura española también está en crisis?
–No creo, a la literatura española le ha ido muy bien en las crisis. La industria editorial es lo que está en crisis, porque estaba sobredimensionada, pero ese es otro tema.
AQUI TIENES EL POSTRE....TAMBIEN DE ESA ESCRITORA....
Eliminarhttp://www.clarin.com/sociedad/canasta-resistian_0_995300533.html
Una canasta para los que resistían
Por Bárbara Alvarez Plá
18/09/13
En la España de 1975 pasaron al menos dos cosas que afectaron a mi familia: una fue mi nacimiento, en junio, y la otra en noviembre, fue la muerte de Franco. Mi madre, que no tenía problema en hablar “del tema”, contaba que en el año 50, teniendo ella ocho años, su padre se puso enfermo, y la llevaron a vivir a la casa de campo de sus tíos. Allí, una de sus tareas para los sábados era llevar huevos de las gallinas de su tía a una mujer que los recogía justo donde empezaba el camino al monte. Siempre pensó que se los llevaba a los que no tenían qué comer. Me contó cómo un día, siendo ya grande, se dio cuenta de que lo que hacía en su bicicleta aquellas mañanas era llevar comida a los que aún resistían en los montes. Porque fue mucha la gente que, en silencio, eso sí, siguió apoyando a los que resistieron. Aunque en los 80, cuando empecé a preguntarle a mi abuela, siguiera respondiéndome que “de esas cosas no se habla”.
HAY "PEQUEÑAS" HISTORIAS........QUE ENCIERRAN GRANDES CUESTIONES....¿VERDAD, ABUELO???
EliminarConozco muy de cerca la historia de los maquis. gracias.
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