martes, 13 de septiembre de 2016

Un poco de poesía no nos viene mal.

No es lo mismo decirle a tu mujer...

¡Callate un rato y déjame en paz!

que decir, por ejemplo:

Me gusta cuando callas
porque estás como ausente,
parece que tus ojos se cerrarán,
y tu voz fuera un murmullo silente,
como si tus labios se sellaran
con mis besos,
no para siempre, 
pero al menos por un rato.

Me gusta cuando callas
porque estás como ausente...

Me gusta cuando callas y estas distante
y dolorosa,
como si hubieras muerto.

Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto
y haya terminado el partido en la tele.
 
El abuelo Ladilla

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