El amor, como el agua tiene muchos matices, de color, de sabor, de quietud o de fuerza arrolladora y así tenemos el amor a otros humanos, a la naturaleza, a la patria, a la música, a los animales y a lo que el capricho de los sentimientos pueda decidir que es meritorio de amor, pero el amor y el agua comparten la única y sagrada vitalidad universal: La vida. El amor y el agua no escatiman formas, ni transformaciones para ese objetivo y sin miramientos sobrepasan todos los límites conocidos y los que aún no descubrimos. Amar es algo tan grande que a veces de tan pequeño no se puede observar con los ojos humanos y apenas podemos imaginar después de entrenar la mente en lo que yo llamo "zona de sentimientos nobles" y que algunos llaman alma.
Dice Erich Fromm que el amor en la gente "productiva", termino que podríamos entender como la gente que impulsa hechos positivos, (o al menos yo lo interpreto así), dice que esa gente tiene ante la vida una gran expresión de potencia y que el mismo acto de amar y dar amor los fortalece los revive, los hace poderosos consigo mismos, los impulsa a dar y regenerarse otra vez, en un constante renacer, que les da alegría. Tal vez este hecho no sea otra cosa que la misma idea que tiene un simple árbol frutal, que nos da un regalo vital con su fruto y cuando debería entregarse a un final, se repone en nuevos brotes y vuelve a empezar. Confirmando una ley que dice que solo puede dar el que tiene, los que se sienten potentes para regenerarse son los hombres productivos, los cables conductores, las venas, los ríos del amor y la vida. Dar es el secreto, ni siquiera se debe mirar en que cuantía, los ricos pueden dar más, pero la cuantía no está en la cantidad sino el hecho de darlo todo y vaciarse en la entrega, esos, los que se vacían son los ricos.
Este tipo de amor no tiene mucho cartel, nos rodea y no lo vemos, es como el aire que respiramos, nos mantiene con vida, pero está sobreentendido y ya no le prestamos atención, este tipo de amor puede encontrarse en todo momento y en cualquier ser humano, nadie puede ser tan pobre que no pueda regalar una sonrisa, una idea, un abrazo, o el simple hecho de escuchar, o estar en silencio, pero estar.
Decía Santo Tomas de Aquino que "no es más rico el que más tiene, sino quien menos necesita", en este caso deberíamos cambiar esto por "no es más rico quien más tiene, sino quien pueda darlo todo".
Podemos encontrarnos conque las palabras nos confunden, no cuentan las riquezas materiales, la que vale es la riqueza que facilita la vida, y la vida es sinónimo de dar y antónimo de morir, el dar es como la raíz...no se si me explico.
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