El extraño e increíble caso de las “vírgenes juradas”
En los Balcanes, una comunidad de que cambiaron su género, se visten y actúan como hombres, sostiene su promesa de vivir en celibato a lo largo de los años. El misterio y la intimidad de este fenómeno, en la lente de la fotógrafa Jill Peters.
"‘Virgen Jurada’ es el término con el que se nombra, en los Balcanes, a una (biológicamente hablando) que ha elegido, por lo general a una edad temprana, asumir la identidad social de un hombre para la vida. Esta tradición se remonta a cientos de años y era necesaria en una sociedad que vivía en clanes tribales y seguía el Kanun, un código legal arcaico”, explica Peters en su sitio. Tan arcaico y opresivo que “consideraba a las mujeres propiedad de sus maridos. No podían votar, conducir, hacer negocios, ganar dinero, beber, fumar, jurar, tener un arma de fuego o usar pantalones. Las niñas eran comúnmente forzadas a matrimonios concertados, a menudo con hombres mucho mayores, en los pueblos lejanos”, continúa la fotógrafa.
Hoy son un puñado, es sólo un pequeño grupo el que mantiene esta costumbre que las llevó, casi a la fuerza, a convertirse al sexo opuesto. En aquel momento, devenir en una virgen jurada (o "burnesha") era “la única posibilidad de elevar a una mujer a la condición de un hombre, lo que le concedía todos los derechos y privilegios de la población masculina. Para manifestar este cambio, las mujeres se cortaban el pelo, se vestían con prendas de hombres y, a veces, incluso cambiaban su nombre. (…) Y lo más importante de todo, tomaban el voto de celibato para permanecer castas de por vida”, concluye.
Por necesidad, y hace siglos, ellas se convirtieron en un ellos. Hoy, esto aún perdura.
Fuente: Jill Peters. Tomado del diario El Clarín.
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