¿Pero no hay forma de librarse de estos políticos?
Se reúne en pantomima la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados, se increpan, todo su ‘mérito’ consiste en desacreditar al otro, y unos, los que mandan con mayoría absoluta bloquean toda iniciativa, alegan lo que en la oposición exigían, acusaban y clamaban. Meses exigiendo que Rubalcaba enseñara sus declaraciones de renta y patrimonio, argumentando que algo tendría que ocultar cuando no lo hacía, y resulta que cuando lo hace se comprueba que cobraba que Rajoy cobraba el triple cuando estaba en la oposición. ¡Que además se subió el sueldo un 27% durante la crisis! La comparecencia solicitada del Presidente para explicar sus contradicciones en el Parlamento no son de interés general, según decide el Presidente de la Diputación, total, nada de nada, perder el tiempo recriminándose. En Andalucía siguen con su cáncer de los ERE sin exigencia de responsabilidades políticas, con IU haciéndose el longuis, ahora surge el nuevo cancerillo de UGT andaluza y sus gastos trasvasados. Lo de Bárcenas y las cuentas B y sobresueldos se torna imposible por agotamiento. La educación que impone el señor Wert es cruel, conflictiva y nada pacificadora, becas incluidas. La sanidad cae en picado, entre trifulcas, protestas despreciadas, privatizaciones y largas listas de espera. La Justicia la han copado. Los socialistas agarrados a sus cargos y sin el menor crédito, como si dijeran ‘renovarse es morir’, Izquierda Unida en la indecisión y falta de definición y los puños levantados no se sabe para qué. Los nacionalistas excitados. La UPyD de Rosa Díez en el abandono y desencanto de muchos de sus cargos representantes, el Tribunal Constitucional con su nuevo presidente en entredicho por su militancia y sin que los políticos pongan remedio, la Infanta camino de Suiza con gasto brutal, la Constitución ya muy viejecita pero sin que se vislumbren cambios, el franquismo de alcaldes y nuevas generaciones en auge sin que los responsables nacionales intervengan. Se atreven a festejar la inminente salida de la recesión, pero ¿cómo se puede tener tanta desvergüenza con seis millones de parados, cuando la media europea es de dos, una economía sumergida de un 24% cuando en Europa es del 10% como mucho, sin nuevas vías y modalidades de trabajo y la gente pasándolas canutas, ¿pero de qué recuperación me habla usted con el camelo de las macrocifras? ¿Por qué mienten ustedes? Todo un horror, una tomatina nacional. ¿Será posible que no haya manera de enderezar el país, gozar de unos políticos válidos? Lo dicho: no nos merecemos tanta ineptitud, tanto fastidio, tanta arrogancia.
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