lunes, 19 de agosto de 2013

Una cuestión de principios.

   Creo que sería dar un paso adelante defender todo tipo de derechos de las personas, sean de donde sean y hagan lo que hagan, mientras no dañen a todos seres humanos. Tal vez por eso me uno a la campaña de los gays; no tengo nada que ver con ellos, pero como considero que tampoco hacen daño a los demás, me siento obligado a defenderlos...¿son diferentes?...bueno, ¿cual es el problema? ¿o tenemos que ser todos iguales como muñequitos de fábricación automatizada?, pues eso es precisamente lo que quieren las religiones y los políticos alcahuetes del sistema conservador...¡todos iguales! ¡pensando todos lo mismo!...¡haciendo todos lo mismo! comiendo pescado en semana santa o siguiendo las normas del ramadán, ¿por que atacar a quien es diferente si ellos no me obligan a seguir sus pasos?
   Las mismas personas que luchan contra los diferentes no se dan cuenta que lo que hacen es el producto de una educación masiva que los programó de tal manera, que ellos mismos sostengan el sistema, que ellos mismos se preocupen de cortan los derechos de otras personas, a unos porque son maricas, o otros porque son negros, a otros porque son indios, a otros porque creen en otro dios, a otros por rojos o verdes. Esas personas que se aferran a una supuesta moral sana, son en realidad serviles mojigatos/as que a escondidas suelen cometer pecados muy cochinos, mucho más que los supuestos degenerados de la raza humana.
   Este tipo de personas extremistas en lo moral, suelen ver la vida solo en dos dimensiones, viven en blanco y negro, no conocen los matices, o es bueno o es malo, o es rojo o es azul, o estás conmigo o estás contra mi. En el fondo tienen un tremendo miedo a lo nuevo o lo diferente, o todo lo que represnte un cambio y aunque no lo sepan están agonizando, porque toda cambia...todo se transforma y el que no cambie es pasado.

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