sábado, 7 de septiembre de 2013

El manejo de los tiempos...

   Cuando uno tiene la fortuna de llegar a los sesenta, aunque parezca mentira comienza a recuperar muchas enseñanzas olvidadas durante muchos años y a dejar de lado ideas que lo acompañaron a lo largo de parte de su vida y que creía imprescindibles, y como una persona agradecida no se arrepiente de lo vivido, con los años y la tranquilidad de lo hecho y el perdón de lo que no hizo, encuentra una paz que le permite separar la paja del trigo, entonces como sin querer se instala en los viejos valores de los abuelos, o sea, solo lo verdaderamente importante, un hogar cálido donde vivir, fomentar el amor en la familia, comer lo mejor aunque sea poco y apreciar el inmenso regalo que nos brinda la naturaleza, un espectáculo inigualable que ningún pintor podrá reflejar jamas. Cuando uno ha vivido sabe que cometió el error de competir desaforadamente por la obtención de cosas que no cubrían la necesidad sino la vanidad, que se dejó llevar por el cuento de las deformaciones sociales y le dio exagerada importancia "al tanto tienes tanto vales" conque los enfermos suelen confundir "valor y precio". Al llegar a cierta edad puede ser que alguno se diga con cierto arrepentimiento, "hoy podría estar mejor económicamente", "hoy no estaría solo si hubiese cuidado y protegido aquel amor", "aquella amistad que no me tomé el trabajo de cultivar", "si hubiese tenido la inteligencia de conversar sin tapujos con mis hermanos", si hubiera hecho...si hubiera hecho...pero aquí tenemos que ser indulgentes con nosotros mismos, hoy, que se supone tenemos más experiencia y menos apuros, no podemos juzgar tan duramente nuestro pasado cuando carecíamos del conocimiento y el manejo de los tiempos que tenemos ahora. Hace unos días recordamos con uno de nuestros hijos los gastos que nos ocasionó él con su eterno problema dental que padeció durante muchos años y las sumas inmensas de dinero que pagamos en dentistas, odontólogos, operaciones y prótesis correctivas a precio dolar, en una Argentina donde tener un dólar era símbolo de jerarquía social. Si tenemos en cuenta que un hijo nos cuesta a lo largo de muchos años la suma de cien mil euros como promedio normal en una familia tipo de clase media baja, nosotros deberíamos tener ahorrados medio millón de euros....y me quedo corto, pero ¿usted dejaría de tener hijos por ahorrar dinero? ¿verdad que no?, este ejemplo simple es para ayudar a eliminar de la mente la torturadora frase que afecta a muchos..."si hubiera hecho", ¡que no! que no vale, si yo hubiese sabido no hubiese hecho...pero para saber hay que haber vivido y vivir conlleva cometer errores y la inteligencia es no volver a cometerlos y eso se llama sabiduría. Llegar a viejo no es tan malo como muchos creen, es verdad que hay achaques de salud, que faltan las fuerzas que siempre nos resultó como algo normal, pero se manejan algunas virtudes de las que se carecen en la juventud, como por ejemplo decir "lo que antes hacia en un día, ahora lo hago en una semana" ¿y quien me apura?, ¿a quien le importa?, porque cuando se llega a cierta edad uno ya puede decidir sin influencias externas que es lo que verdaderamente le interesa y lo que no.
-¿Papá no piensas cambiar el auto?- me preguntó mi hijo el más pequeño.
-No, ¿para qué?- le contesté mientras revolvía la tierra para plantar unas papas en mi huerto.
- Es que la pintura ya esta hecha un desastre...ya tiene once años el pobre cochito -
- Pero en once años me sirvió bien...nunca me dejó a pata, y no necesito que se vea bonito sino que funcione-
-¡Ya coño! con ese criterio no te vistas bien, ni te bañes...- me contestó un poco cabreado.
-Bueno, te voy a complacer, el año que viene lo llevo al chapista y que le lave un poco la cara y de paso me meto en el quirófano y me quito las arrugas y la puta panza cervezera, así me veo mas joven y hago juego con el coche-
- No me vaciles papá, es que el auto se ve mal, se está deteriorando y se...-
-Yo también me estoy deteriorando- le contesté con el carácter franquista que me aparece cuando hay temas que me molestan, aunque se que en parte tienen razón, uno no debe dejarse decaer, pero todo a su tiempo, con calma, la sociedad no mejorará porque el coche esté bien pintado, ni porque yo me vea diez años más joven, ambos somos buenos y funcionamos ¡de puta madre! aunque uno esté empezando a descascarse y el otro esté arrugado y le duela la cintura.
Es lo bueno de la vejez, uno ya tiene la calma necesaria de saber que es lo que la sociedad exige y lo que uno realmente necesita...

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