Durante los últimos diez años he visto el lento deterioro de España y debo aclarar que llamo deterioro a la que se llamo "la séptima economía mundial"..."el boom de España" y otros globos que se echaron a volar para que la gente no se diera cuenta de nada. Quien me viene leyendo desde hace tiempo en mi anterior blog, ya sabe que no busco engrosar la gran cartelera de genios economistas, ni siquiera de brujo de barrio, solo es que tuve la desgracia de haber vivido la misma trampa de riqueza pasajera en mi vida en Argentina, solo el ver caer un país ya nos pone las antenas a millón y se percibe con rapidez el peligro. Y sucedió lo que ya había vivido. Es una trampa que por conocida no deja de ser eficaz, es como arrojar el cebo a puñados en un recodo del río y esperar que se acerquen los peces, ellos comen a placer hasta que la red se eleva y se carga a los pescados que irán a la parrilla de los hambrientos pescadores bancarios.
Es el juego que propone este sistema liberal, descontrolado, por falta de control.
Juro que al volver a España me llevé una gran desilusión, no solo por ver la banalidad y el despilfarro sino porque el pueblo era engreído y sobrador, pero lo más triste era ver el desprecio a los inmigrantes y las palabras casi soeces, conque se hablaba del resto del mundo, menos "afortunados" en la carrera del crecimiento y del estado del bienestar. Me quedé admirado al ver tanto disfrute y comencé a mirar de reojo, intenté investigar pero no se comentaban de malos datos. De pronto ya, a finales del 2006 mis ingresos comenzaron a bajar, siguió en el 2007 un ritmo leve de descensos y así seguía mes a mes, los autónomos siempre son los primeros en sentir las crisis, pero pocos le veían la patita al lobo, en mi entorno, solo yo, pero no por sabiduría sino por aquello de que "el que se quema con leche... ve una vaca y llora". Esa anterior experiencia me salvó, esta vez, de ir a comer donde tiraban el cebo.
Cuando a finales del 2010, el presidente Zapatero accede junto a Rajoy a cambiar la constitución en una noche, la cosa ya estaba clara...¡estaban levantando la red!
Después, como sucede siempre, el golpe imprevisto en la mandíbula nos suele dejar atontados y no sabemos ni donde estamos, aunque el golpe no nos derriba, nos deja como sapo en la lavadora.
Y bien, aprendimos una lección, dolorosa en vidas y malvivir para millones de personas, pero ahora España está viva, ya la gente comienza a tener las cosas claras y detectó al enemigo que estaba entre nosotros, dándonos golpes amistosos en la espalda, ya España sabe que clase de políticos tiene, ya sabe de corrupciones por doquier.
Ahora toca no desmayar y luchar, como lo han hecho otras generaciones que lograron para nosotros un estado de bienestar envidiable, ahora toca volver a reconquistar cada una de las pérdidas de los últimos dos años, sin comernos el cuento de que no es viable, si lo es, el pueblo es que el pone el dinero y solo tiene que exigir y controlar que ese dinero se revierta a la sociedad.
¡España estuvo dormida...pero ya despertó!
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